Adviento 2019

Durante las próximas semanas, la Iglesia celebra la temporada de Adviento como un tiempo para prepararse para el nacimiento de Jesús. Cada Domingo presenta una historia especial del Evangelio destinada a alentar a las personas a participar más profundamente en el significado de la temporada.

En estas dos páginas, los estudiantes y la facultad del Instituto Emaús, un programa de formación ministerial para el liderazgo laico, han escrito reflexiones, una para cada Domingo de Adviento.

1 DE DICIEMBRE 2019
PRIMERO DOMINGO DE ADVIENTO
POR MARTINA TALIC, Instructora, Instituto Emaús

LECTURAS: Isaiah 2: 1-5; Romans 13: 11-14a; Matthew 24: 37-44

Por Martina Talic

El Adviento es un tiempo muy especial del año litúrgico. Viene del latín adventus, lo que significa la venida o la llegada. La función del Adviento es inspirar en los creyentes el deseo de prepararse para la llegada del Señor. La primera parte del Adviento tiene un carácter escatológico porque se enfoca en la venida del Señor al final de los tiempos. Las lecturas del primer Domingo del Adviento nos invitan a estar atentos porque no sabemos cuándo llegará nuestro Señor: “Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor” (Mateo 24: 42). La lectura de los Romanos también nos invita a una verdadera preparación para la venida de Jesús: “Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino vestíos del Señor Jesucristo” (Romanos 13:13-14). Es un tiempo que nos invita a repasar el pasado, vivir el presente y esperar el futuro. ¿Cómo deberíamos prepararnos para la Navidad durante estas cuatro semanas? A parte de comprar regalos, de limpiar la casa y de preparar los platos navideños, el cambio que nos exige Jesús es mucho más profundo y duradero. Se nos invita a renovar la oración, tanto personal como en la familia. Para crecer en la fe, uno debe dedicar el tiempo a la lectura y a la reflexión sobre los Evangelios. Nuestra Virgen nos invita a celebrar la Navidad con un corazón puro que se consigue a través del Sacramento de la reconciliación. La generosidad y el amor al prójimo son actos que tienen que acompañarnos diariamente. Deseo que el Espíritu Santo nos renueve y nos dé la fuerza para poder llevar a cabo las obras de caridad durante este tiempo tan especial del año. 

 

8 DE DICIEMBRE 2019
POR ARTURO SALGADO
Santa María, Melrose

LECTURAS: Isaiah 11:1-10; Romans 15: 4-9; Matthew 3: 1-12

Por Arturo Salgado

Juan el Bautista nos hace un llamado a la conversión en este segundo Domingo de Adviento, y nos invita a tener un cambio radical de vida para que podamos ser parte del Reino de los cielos que ya se aproxima. La escritura nos habla de dos venidas de nuestro Señor Jesucristo, la primera es el nacimiento y la otra será en la parusía. Es necesario estar siempre listos y preparados, porque en el primer Domingo de Adviento escuchamos que la venida del Hijo de Dios será como en los tiempos de Noé: cuando la gente menos lo esperaba llego el diluvio. El Profeta Isaías lo anunció con estas palabras: “preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos” (Mt 3, 3). 

Es importante en la vida espiritual hacernos un autoexámen periódicamente y preguntarnos por dónde estamos caminando, hacia donde vamos y que queremos alcanzar. El objetivo de todo cristiano es por supuesto ser salvo y alcanzar la vida eterna; para eso tenemos que ordenar nuestra vida, hacer un exámen de conciencia y desechar todo aquello que no necesitamos porque ya viene el Señor y el que es Santo y puro no puede habitar en un corazón corrompido. En nuestra cultura mexicana existe una frase que dice que “nadie limpia su casa tan rápido como cuando alguien te llama y te dice que llega a visitarte en 5 minutos.”

Después de este domingo faltarán solo 16 días y estaremos celebrando un nuevo nacimiento. Si bien el nacimiento de nuestro Señor fue en un pesebre, en un lugar donde existen algunos animales domésticos y que no fue el lugar más limpio y de ambiente agradable, la mayoría de las personas que vivimos en esta Diócesis hemos estado cerca de una granja y hemos experimentado que el lugar en ocasiones es maloliente, se encuentra sucio, hay ruidos, y no es adecuado para el descanso de una familia. Mas, sin embargo, el Señor Jesús tuvo que nacer ahí por no haber lugar en cuarto adecuado dentro de un mesón. José y María ya están tocando a la puerta de tu corazón este Domingo, y te pregunto: ¿estás dispuesto/a a abrirle la puerta y dejarlos pasar, o esta vez también serán enviados al establo?

 

15 DE DICIEMBRE 2019
POR LORENA JUAREZ
Santa María, Melrose

LECTURAS: Isaiah 35: 1-6a., 10; Psalm 5: 7-10; Matthew 11: 2-11

Por Lorena Juarez

En este tiempo de Adviento nos preparamos para la venida del Señor, Juan envía a sus discípulos para preguntarle a Jesús: “¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro? Es preciso que volvamos esta pregunta hacia nosotros, tal como Cristo nos la haría: “¿soy yo a quien esperas o esperas a alguien más? Esa es la pregunta que nos debemos hacer: ¿A quién esperamos? Cuánto nos preocupamos por comprar regalos para nuestros familiares por que va a llegar la Navidad, pero nos olvidamos de preparar nuestro corazón para la venida del Señor. Nos olvidamos del verdadero significado de la Navidad. En este pasaje, Jesús también nos habla de la terrible enfermedad de la lepra, para que nosotros estemos listos para recibir al Señor vayamos a prepararnos bien, vayamos a limpiar nuestra casa espiritual para recibirlo con amor y alegría vamos todos a quitarnos esa lepra que es el pecado en nuestros días y tengamos la confianza de que Jesús nos limpiara sin importar lo que hayamos hecho, porque Él, es lento en la ira y rico en misericordia. Hermanos, en Cristo hay esperanza, por eso, es preciso reflexionar y profundizar en nuestra esperanza. Tener esperanza cristiana es haber elegido a Jesús como futuro nuestro. Y si nos alejamos de esta esperanza, entonces, ¿A quién iremos?

 

22 DE DICIEMBRE 2019
POR CARLOS SILVA
Santa Maria del Monte Carmelo, Long Prairie

LECTURAS: Isaiah 7: 10-14; Romans 1: 1-7; Matthew 1: 18-24

Por Carlos Silva

En este tiempo de adviento, José ocupa un papel central e importante en el plan de salvación, ya que él confió totalmente en las palabras del ángel “no tengas miedo” y permitió que los planes del Señor se cumplieran. José hombre justo, es decir, un hombre que cree en las promesas de Dios, a pesar de las dificultades, contratiempos y desconciertos que tenía aceptó ser el padre adoptivo de Jesús y como hombre de fe, obediente, humilde y de gran respeto, supo acoger este misterio de la acción de Dios en María. San José es un principal referente para nosotros en nuestras vidas como esposo y como padre ya que con su actitud y decisión nos muestra cómo vivir nuestra fe en el matrimonio pues con su fidelidad, dedicación y entrega total logró cuidar del gran tesoro que se le había encomendado al igual que a nosotros.

Por lo tanto, que, en este tiempo de Adviento, como dice el evangelio, “no tengas miedo” ser un verdadero San José, aunque implique un gran esfuerzo para dejar de ser uno mismo y que sea el Espíritu Santo quien nos guie, así obtendremos las virtudes gloriosas de Dios y tener muchas familias en santidad. “Dichoso el hombre que confía en el Señor”. (Salmo: 40,4) 

 

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Author: The Central Minnesota Catholic

The Central Minnesota Catholic is the magazine for the Diocese of St. Cloud.

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