Por Padre Omar Guanchez
El Visitante
Me han pedido que escriba algo para ésta edición del periódico diocesano ‘El Visitante.’ Después de pensarlo por unos días, se me vino a la mente compartir con ustedes — hermanos en la fe — de ésta diócesis en la que vivimos y peregrinamos, mi experiencia personal con el retiro Koinonia. En los 25 retiros en los cuales he servido he visto la mano misericordia de Dios actuar con poder, pero con mucha delicadeza a la vez, en las vidas de muchas personas. Le quiero dar gracias a Dios por las parejas que han decidido recibir el Sacramento del Matrimonio después
de vivir el retiro, los padres que han decidido ser mejores padres después del retiro, los Católicos fríos que han decidido venir a la Misa regularmente los Domingos, en fin, por todas esas almas que han experimentado el amor incondicional de Dios y eso ha transformado sus vidas, porque un encuentro con El Señor siempre nos invita a cambiar el hombre viejo por el hombre nuevo.
Los retiros Koinonias se llevan a cabo en el TEC Center al norte de Little Falls, MN. Muy cerca de la Iglesia de la Holy Family. Y es la versión hispana del Koinonia en Inglés el cual se ha venido haciendo desde hace más de veinte años. El Padre Ricardo Walz quiso hacerlo en Español y los primeros retiros se hicieron con algunos hispanos voluntarios, incluyéndome yo, y nunca pensamos que esta experiencia de un fin de semana crecería tanto. Es obra de Dios! De eso no tengo duda. Porque solo Dios puede cambiar la vida de los hombres, impulsarnos a renunciar a nuestro pecado para decirle Sí a la vida de gracia; y comenzar a caminar detrás de Jesús, el único que ha dado su vida por nosotros. Él nos ama y quiere una vida nueva para nosotros!
Es un retiro Católico, dado por Católicos, pero cualquiera es bienvenido. Han venido personas con depresión y muchos problemas; y para la Gloria de Dios, hoy tienen las herramientas espirituales para vencer las luchas y las pruebas de la vida. Hoy son más fuertes y se han dado cuenta que sus problemas sí tienen solución, que sí hay una salida: Jesús, para quien nada es imposible!
He visto reconciliaciones entre padres e hijos, he visto esposos y esposas pedirse perdón, y que otras cosas maravillosas no he visto ! Por eso, es que mi persona y el equipo de servidores sacrificamos mucho para estar allí: sirviendo a aquellos que vienen a tener un encuentro con El Señor. Y lo hacemos de todo corazón y nos llena de alegría el poder hacerlo, porque sabemos que veremos las maravillas que hace Dios. Es un fin de semana indescriptible: algo que hay que vivir! La experiencia no sirve para ser contada, si no para ser vivida! Te invito a que lo hagas y te aseguro que no te arrepentirás!
Padre Omar Guanchez, Iglesia de Santa María del Monte Carmelo, Long Prairie.