¿Qué decir cuando… Un amigo dice que sus oraciones no están siendo respondidas?

TEOLOGIA 101   ////////////////////

La pregunta: ¿Qué digo cuando un amigo me dice que han orado y rezado por algo, pero que sus oraciones no fueron respondidas? Y ahora están dejando de lado a Dios.

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LAS TRES RESPUESTAS

Doug Culp               es el CAO y el
secretario para
la vida pastoral
de la Diócesis
de Lexington,
Kentucky. Tiene
una maestría
en teología de
la Catholic
Theological
Union en
Chicago.

Hace unos años, un homilista hizo una breve reflexión sobre su propia experiencia de oración: “La oración puede ser sobre nuestras necesidades, pero nunca debería ser sobre nuestros deseos. La oración es una conversación honesta en comunión con Dios. Es simplemente recibir el regalo del amor de Dios. La respuesta a nuestras oraciones se convierte en la vida que llevamos para Dios, ya que solo hay tres respuestas dadas por Dios a la oración: ‘sí’, ‘todavía no’ y ‘tengo una mejor idea’”.
Notará que “no” no es una opción.

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AÚN NO

Cuando nuestra oración no es respondida inmediatamente, se requiere perseverancia y persistencia. Una forma de entender la oración es pensar en cada oración como una semilla. El Evangelio de Marcos nos enseña que los frutos de la oración no se pueden realizar al instante. La semilla primero produce la hierba verde, la espiga y finalmente el trigo maduro, normalmente fuera de la vista y el control del agricultor que plantó la semilla. Además, la parábola del sembrador podría ser útil. (Mt 13) A veces, para que nuestra oración sea fructífera, debemos sembrarla, atenderla y cuidarla, al tiempo que confiamos en que la semilla crecerá por sí misma y en su propia línea de tiempo. Si, en cambio, si tratamos de forzar este crecimiento, solo lograremos evitarlo por completo. Si sembramos nuestra oración, solo para luego “desenterrarla” incesantemente con preocupación y duda, nunca echará raíces. Tampoco nos sirve buscar con entusiasmo ninguna señal que apunte a que nuestra oración sea respondida, solo para perder la esperanza ante la primera señal de retraso.

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TENGO UNA MEJOR IDEA

Cuando parece que nuestra oración no fue respondida, somos llamados a considerar que Dios puede tener una mejor idea. Esto requiere nuestro discernimiento y finalmente nuestra rendición. Después de celebrar la Última Cena, Jesús fue a Getsemaní a orar. El Evangelio de Mateo nos dice que comenzó a sentir tristeza y angustia y oró: “Padre Mío, si es posible, que pase de Mí esta copa”. (26:39) Por supuesto, sabemos que la copa a la que se refería era la Pasión de la Cruz. En tres ocasiones diferentes, Jesús repitió su oración. El Evangelio de Lucas dice que Jesús “estando en agonía, oraba con mucho fervor; y Su sudor se volvió como gruesas gotas de sangre, que caían sobre la tierra”. (22:44) Sin embargo, la oración de Jesús aparentemente no tuvo respuesta, ya que la copa de su muerte en realidad no la pasó sino que la asumió.

Por supuesto, que Jesús pidió ser salvado de la cruz no es toda la historia. De hecho, él pidió lo que deseaba, pero ese deseo estaba subordinado a la voluntad del Padre. De la misma manera, los Evangelios nos alientan a preguntarnos sobre la conformidad de nuestra oración con el deseo del Espíritu, especialmente cuando estamos tentados a dejar de orar porque creemos que nuestras oraciones no han sido respondidas. En el clásico espiritual “El Abandono Confiado en la Divina Providencia,” San Claudio de la Colombière lo expresa de esta manera: “Cristo prometió en nombre de su Padre que nos daría todo, incluso las cosas más pequeñas. Pero él estableció una orden para ser observado en todo lo que le pedimos, y si no obedecemos esta regla, es poco probable que obtengamos algo. Él nos dice en San Mateo: “Busca primero el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas además te serán dadas”.

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PENSAMIENTOS FINALES

La persona que está por renunciar a la oración y a Dios porque no parece tener resultados está en peligro, porque lo más importante que podemos hacer en esos momentos es rezar y persistir en la oración con la confianza en la fidelidad de Dios. Debemos estar presentes en la oración, más aún en medio de la distracción y la sequedad, con un corazón humilde y sincero que suplica al Padre por nuestras necesidades, pero dice, con Jesús: “no se haga mi voluntad, sino la tuya”.

 

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Author: Faith Catholic

Faith Catholic is a national Catholic publishing company based in Lansing, Michigan.

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