A pesar de reducir pobreza, el futuro del crédito tributario por hijos es incierto

Por Dennis Sadowski | Catholic News Service

Unas semanas antes de Navidad, Jessica Moreno y sus tres hijos pudieron mudarse de la casa de sus padres — situada en Wood Dale, Illinois, en las afueras de Chicago — a su propio apartamento a tan solo unas cuadras de distancia.

“El apartamento fue un regalo del cielo”, ella expresó. “Pudimos habernos quedado sin una vivienda. No puedo imaginar estar en esa situación con tres niños en el invierno”.

Moreno, quien tiene 34 años y trabaja medio tiempo como asistente legal, atribuye los $750 al mes que recibió bajo el programa de crédito tributario por hijos mejorado por permitir que su familia se pudiera mudar.

Desde que comenzó la pandemia hace casi dos años, Moreno había estado trabajando horarios irregulares ya que los tribunales cerraban y la necesidad de trabajo legal disminuía. Ella y sus hijos se mudaron a la “casa diminuta” de sus padres. La casa estaba saturada, pero todos se sacrificaron para que nadie estuviera en la calle.

Cuando Moreno se enteró del programa, trabajó con administradores de casos de Caridades Católicas de la Diócesis de Joliet, Illinois, para presentar la documentación y así poder recibir el crédito tributario por hijos mejorado cada mes — desde julio hasta diciembre, que es cuando finalizó el programa. Ella le dio crédito a la agencia por haber trabajado arduamente en su caso.

El líder de la mayoría del Senado de Estados Unidos, Chuck Schumer, D-N.Y., realiza una conferencia de prensa en el Capitolio en Washington el 15 de julio de 2021 sobre la extensión de los pagos de crédito tributario por hijos. (CNS photo/Kevin Lamarque, Reuters)

El programa de crédito tributario por hijos mejorado se promulgó en marzo bajo el Plan de Rescate Estadounidense. Esta fue la medida más reciente de una serie de esfuerzos legislativos para inyectar dinero en la economía en respuesta a la recesión financiera causada por el COVID-19.

El crédito tributario mejorado cubrió el año 2021, exigiendo que familias con niños recibieran seis pagos mensuales por adelantado en lugar de esperar para reclamar el crédito en su declaración anual de impuestos. La disposición elevó el crédito a un máximo de $3,600 para niños menores de 6 años y $3,000 para niños de 6 a 17 años. El crédito anterior tenía un limite máximo de $2,000 por niño.

Notablemente, el crédito se volvió “totalmente reembolsable”, lo que significa que niños de familias con los ingresos más bajos recibieron la misma cantidad que niños pertenecientes a familias de ingresos altos.

Más de 61 millones de niños en más de 36 millones de hogares se beneficiaron del crédito, según un estudio publicado el 22 de diciembre por el Centro sobre Pobreza y Política Social de la Universidad de Columbia. Solo el pago mensual en noviembre mantuvo a 3.7 millones de niños fuera de la pobreza, encontró el centro.

Antes de la expansión del programa, 27 millones de niños, incluyendo aproximadamente la mitad de los niños negros y latinos, así como la mitad de los niños que viven en comunidades rurales, recibían menos del crédito total o ningún crédito porque los ingresos de sus familias eran demasiado bajos.

Moreno dijo que los adelantos mensuales bajo el crédito tributario ampliado por hijos mejoraron la vida de su familia.

“Pude hacer más cosas por los niños, conseguirles útiles escolares, pagar algunas cosas, ahorrar un poco para un apartamento, y pagar algunas cuentas. No creo que hubiera podido hacer nada de eso sin esos cheques”, manifestó.

Sin embargo, los anticipos terminaron en diciembre. Si bien podrá reclamar una cantidad adicional del crédito en su declaración de impuestos federal que vence el 18 de abril, ella anticipa que llegar a fin de mes será más difícil de ahora en adelante.

(El día de impuestos suele ser el 15 de abril, a menos que caiga en fin de semana o feriado, como ocurre este año 2022, por lo que se pospuso al siguiente día hábil disponible.)

Moreno decidió compartir su historia con Catholic News Service en un esfuerzo por convencer al Senado de Estados Unidos de promulgar la Ley Build Back Better del presidente Joe Biden, que incluye una disposición para extender el crédito mejorado hasta al menos 2022. En noviembre, la Cámara de Representantes aprobó el proyecto de ley por un margen muy estrecho.

Las agencias católicas y los defensores de la lucha contra la pobreza están pidiendo al Senado que promulgue el proyecto de ley, diciendo que el crédito tributario por hijos mejorado fortalece a las familias y reduce la pobreza.

La hermana Richelle Friedman, directora de política de acción pública de la Coalición de Necesidades Humanas, dijo que temía que, si no se extiende el crédito tributario, millones de niños volverían a caer en la pobreza.

“Estamos trabajando muy duro para asegurarnos de que los niños elegibles para el crédito tributario por hijos mejorado lo obtengan”, acotó.

Una carta del 7 de septiembre pasado de los presidentes de cinco comités de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos exhortó que dicho crédito se haga permanente.

“El crédito está destinado a abordar la pobreza infantil. Eso es algo que respalda la enseñanza social católica. El crédito tributario por hijos es una de las herramientas más efectivas que tenemos para combatir la pobreza infantil”, explicó Julie Bodnar, asesora de política en la Oficina de Desarrollo Social Nacional de la conferencia de obispos.

Los funcionarios de Caridades Católicas USA, incluyendo Anthony Granado, vicepresidente de relaciones gubernamentales, están trabajando con los senadores para impulsar el crédito tributario como parte de la Ley Build Back Better.

Granado señaló que el crédito tributario por hijos mejorado ha sido “esencial para las familias que perdieron sus trabajos, para las familias de bajos ingresos, para las personas que no pueden trabajar desde sus computadoras portátiles (en casa), para las personas de clase trabajadora que no pueden pagar el cuidado de los niños”.

Las agencias de Caridades Católicas Diocesanas son parte de la campaña para garantizar que el crédito tributario continúe al menos hasta 2022, indicó Granado.

Sin embargo, la legislación está estancada en el Senado.

El senador Joe Manchin, D-W.Va., quien es católico, puso en tela de juicio su apoyo al proyecto de ley y planteó dudas sobre un crédito tributario que no incluya una disposición laboral. En la cámara con 50 republicanos y 50 demócratas, se necesita el voto de Manchin para aprobar la medida, lo que permitiría a la vicepresidenta Kamala Harris romper el empate.

La oficina de Manchin respondió con un breve correo electrónico a una solicitud de CNS para discutir el proyecto de ley: “El Senador Manchin siempre ha apoyado el crédito tributario por hijos y le gustaría verlo dirigido a aquellas familias que más lo necesitan”.

Laura Peralta-Schulte, directora principal de políticas públicas y asuntos gubernamentales de Network, un grupo católico de defensa de la justicia social, expresó que se están realizando esfuerzos para llegar a Manchin y explicar mejor cómo el crédito “es una política transformadora” que ha aliviado los efectos sofocantes de pobreza.

Peralta-Schulte señaló los hallazgos del estudio de la Universidad de Columbia que muestra que las personas han utilizado dichos pagos para las necesidades diarias, incluyendo alimentos, cuentas, ropa, gastos escolares, y alquiler o una hipoteca.

“Hay tanta discusión sobre la dignidad de las familias. Los datos muestran que el gobierno puede desempeñar un papel importante en el alivio de la pobreza y, cuando las personas obtienen recursos, en realidad los usan para las necesidades esenciales”, Peralta-Schulte manifestó a CNS.

Mientras la petición de la extensión del crédito continua, Moreno volvió al trabajo el 13 de enero después de que ella y su hija lidiaran con la enfermedad de COVID-19 durante casi dos semanas. Durante esa terrible experiencia, sus hijos regresaron a vivir con sus padres.

Ahora ella está enfocada en mantener a su familia en casa y en la escuela. Ella está buscando un trabajo mejor pagado que ofrezca más horas mientras contempla regresar a clases para terminar una carrera universitaria en la Universidad Estatal de Gobernadores — un viaje de ida y vuelta de 95 millas desde Wood Dale.

Financieramente, es una lucha, expresó Moreno.

“Los $ 750 serían útiles”.

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Author: Catholic News Service

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