Biden dice que la nación debe estar unida, expresa apoyo a Ucrania

Por Carol Zimmermann | Catholic News Service

WASHINGTON (CNS) — En su primer discurso sobre el Estado de la Unión el 1 de marzo, el presidente Joe Biden enfatizó la necesidad de unirse como nación mientras continúan los desafíos de la pandemia, la creciente inflación y la invasión rusa de Ucrania.

“Dejemos de vernos como enemigos y empecemos a vernos como lo que somos: compatriotas”, dijo.

En su discurso, que duró poco más de una hora, el presidente prometió luchar contra la inflación, ofreció propuestas para reducir el costo del cuidado infantil y medicamentos recetados, y pidió al Congreso que confirme a su candidato para el Corte Suprema.

Pero el énfasis principal que opacó la mayor parte de su discurso fue la invasión rusa de Ucrania, que el presidente abordó inmediatamente. Algunos de los asistentes se vistieron de azul y amarillo, los colores de la bandera ucraniana, y algunos incluso ondearon una pequeña bandera ucraniana durante su mensaje, destacando la lucha actual del país y su valentía.

Biden recibió ovaciones bipartidistas cuando expresó su apoyo a Ucrania y, más adelante en su discurso, cuando dijo que la policía debería recibir más fondos.

Señaló, entre aplausos sostenidos y otra ovación de pie, que la embajadora de Ucrania en Estados Unidos, Oksana Markarova, estaba con la primera dama, Jill Biden, en el palco de honor.

El padre Andriy Chornopyski, del Santuario Nacional Católico Ucraniano de la Sagrada Familia de Washington, en una entrevista de televisión, sonrió cuando Markarova agradeció el apoyo de la multitud.

El presidente Joe Biden presenta su discurso sobre el Estado de la UniÛn ante el congreso en el Capitolio de EE. UU. en Washington el 1 de marzo de 2022. (Foto CNS/Saul Loeb, Pool vÌa Reuters)

El sacerdote, entrevistado por NBC News Washington la noche del discurso de Biden, llegó a los Estados Unidos el año pasado. Sus padres se han quedado en Ucrania y está preocupado por su seguridad.

Dijo sentirse acogido en Estados Unidos e instó a los estadounidenses a seguir rezando por la paz.

Aunque Biden se enfocó en la situación en desarrollo, también destacó los problemas en Estados Unidos, como la necesidad de que el Congreso apruebe una reforma migratoria. Señaló que proporcionar un camino a la ciudadanía para los soñadores (Dreamers), los beneficiarios del estatus temporal (TPS), los trabajadores agrícolas y obreros esenciales, podría ayudar a aliviar la escasez de obradores y continuar la tradición de la nación de acoger a los inmigrantes.

“Dreamers” son los beneficiarios de DACA, el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, personas que llegaron a Estados Unidos como niños pero sin permiso legal para entrar.

“Revisen nuestras leyes”, instó Biden a los miembros del Congreso, “para que las empresas tengan los trabajadores que necesitan y las familias no esperen décadas para reunirse. No sólo es lo correcto: es lo económicamente inteligente que hay que hacer”.

Algunos defensores de la inmigración dijeron que el mensaje de Biden se quedó corto.

Joan Rosenhauer, directora ejecutiva del Servicio Jesuita a Refugiados, calificó el discurso del presidente como “una oportunidad perdida” para presentar los planes de su administración para “abordar los retos a los que se enfrenta un sistema de asilo estadounidense debilitado”.

“Como el presidente expresó su solidaridad con Ucrania y los ucranianos, estamos decepcionados de que no haya expresado su solidaridad con todas las personas que huyen de la violencia y la persecución”, dijo en un comunicado del 1 de marzo.

Rosenhauer dijo que, aunque el presidente abogó por una reforma migratoria, su administración “tiene la capacidad de hacer un cambio inmediato al rescindir el Título 42, una política del gobierno de Trump que ha rechazado a más de un millón de personas que buscan seguridad al escapar de la violencia y la persecución desde el comienzo de la pandemia”.

También dijo que el gobierno de Biden debería hacer todo lo posible para oponerse a la reinstauración de los Protocolos de Protección al Migrante, conocidos como la política “Quédate en México”.

La Sociedad Misionera de San Columbano criticó el discurso de Biden por no reconocer la urgencia de abordar las causas fundamentales de la migración.

“Estados Unidos sólo puede mantenerse fiel a sus ideales de libertad y justicia cuando garantiza que toda persona tiene derecho a prosperar en su país de origen y, si no puede hacerlo, a emigrar con seguridad y dignidad”, dijo.

Para que esto ocurra, el grupo dijo que Estados Unidos debe promover el desarrollo sostenible, la eliminación de la deuda, el comercio justo, la acción climática y las reformas de las instituciones financieras internacionales que permitan a América Latina y el Caribe prosperar.

“Si no se abordan estos asuntos, seguiremos escuchando el clamor de las familias y los niños que escapan de la violencia y la pobreza y que llegan a nuestra frontera sur pidiendo ayuda”, dijo el grupo en un comunicado.

En su discurso, el presidente también mencionó la legislación sobre el aborto, sin decir la palabra “aborto”, y recibió críticas de los dos lados del debate por lo que dijo o por no decir lo suficiente.

Biden dijo que “el avance de la libertad y la justicia también requiere la protección de los derechos de las mujeres” y señaló que el derecho constitucional afirmado en la decisión del tribunal Roe vs. Wade “está bajo ataque como nunca antes”.

“Si queremos avanzar–no retroceder– debemos proteger el acceso al cuidado de la salud. Preservemos el derecho de la mujer a elegir. Y sigamos avanzando en el cuidado de la salud materna para todos los estadounidenses”, dijo.

Carol Tobias, presidenta del Derecho Nacional a la Vida (National Right to Life), dijo que era irónico que Biden “hablara de preservar el cuidado de la salud materna al mismo tiempo que abogaba por la destrucción del bebé no nacido de una madre”.

Añadió que esto no era sorprendente, ya que describió el primer año del presidente en el cargo como “un ataque total a los niños no nacidos y a sus madres”.

Biden también pidió más fabricación nacional para luchar contra la inflación y dio a conocer un nuevo plan en la lucha contra la pandemia del coronavirus, diciendo que pediría al Congreso fondos para asegurarse de que el país tenga suficiente pruebas y tapabocas.

Destacó su esperanza de que la nación vuelva a la normalidad tras dos años de COVID-19 e instó a los estadounidenses a “aprovechar este momento para comenzar nuevamente”.

“Dejemos de ver el covid como una línea divisoria partidista y veamos lo que es: una enfermedad terrible”, dijo.

El presidente finalizó su discurso con un llamado a la esperanza y a la firmeza, diciendo que creía que en el momento actual, los estadounidenses iban a “superar la prueba de proteger la libertad, de ampliar la equidad y las oportunidades”.

“Por muy duros que hayan sido estos tiempos”, él se encuentra más optimista que nunca, dijo.

Dijo que Estados Unidos siempre ha convertido cada crisis en una oportunidad y que ahora tiene otra oportunidad de hacerlo.

Repitiendo su tema de la unidad, dijo que la nación hará frente a las dificultades actuales “como un solo pueblo”, un pueblo unido.

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Author: Catholic News Service

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