Declaración del Obispo Kettler sobre órdenes ejecutivas recientes

El Obispo Donald Kettler de San Cloud, publicó una declaración el 30 de Enero enfocándose en las acciones ejecutivas del Presidente Donald Trump con respecto a los refugiados y la inmigración.

Nuestra nación tiene una larga historia de acogida de inmigrantes y refugiados. Si abandonan sus tierras para escapar a la pobreza constante, a la guerra o persecusión religiosa, los inmigrantes y los refugiados han siempre mirado a los Estados Unidos como una tierra de oportunidades, un lugar para comenzar una vida nueva y mejor para sus familias.

Obispo Donald Kettler

Por eso estoy tan preocupado por las recientes acciones ejecutivas tomadas por la administración Trump para imponer restricciones al proceso delos refugiados, y constriur un muro a lo largo de la frontera entre Estados Unidos- México. Estas acciones ponen a las personas vulnerables en mayor riesgo y erosionan los valores en los que nuestra nación está fundada.

Las lecturas del Evangelio leídas recientemente en nuestras parroquias se centraban en las Bienaventuranzas. Nosotros fuimos recordados que “Dichosos los compasivos, porque serán tratados con compasión”. Inmigrantes y refugiados están en necesidad de nuestra misericordia y de nuestra bienvenida.

Yo continuo leyendo historias acerca de refugiados que han sido forzados a salir de sus hogares, perseguidos por sus creencias religiosas, o han presenciado la muerte de seres queridos que han sido asesinados en innecesarias guerras. Hay historias acerca de los inmigrantes que arriesgaron sus vidas al cruzar nuestras fronteras en el sur de nuestro país, porque es la única opción que tienen para vivir una vida digna. La separación de familias, para ambos refugiados e inmigrantes, es siempre una constante de miedo.

Nuestra nación necesita fronteras seguras y necesitamos asegurar procesos de investigación confiables, pero no podemos alcanzar estos objetivos sacrificando los derechos humanos y los principios básicos en los que se funda nuestro país y que nos hacen ser Americanos, incluyendo justicia, equidad y libertad religiosa. Las políticas de refugiados deberán servir a todas las personas que huyen de la persecución religiosa, aunque sean Cristianos, Musulmanes o ámiembros de otra fe. Todos tiene igual dignidad que debe ser respetada.

Yo quiero que inmigrantes y refugiados en nuestra diocese — de donde quiera que vengan — sepan que yo estoy con ustedes y estoy apoyándoles en sus esfuerzos por reconstruir sus vidas, mantener a sus familias unidas, y hacer contribuciones positivas a sus comunidades. Muros o paredes- cualquiera que éstas sean en la política o construídas en el suelo- dividen lejos que unir a las personas. En lugar de construir muros, como ha dicho el Papa Francisco, necesitamos construir puentes entre las personas para disipar temores y fomentar relaciones que en última instacncia fotalecerán a nuestras comunidades.

Como Cristianos, somos llamados a ser el rostro de Cristo, extendiendo nuestra hospitalidad, cuidado y misericordia a todos nuestro hermanos y hermanas necesitados. En este espíritu, yo aliento a católicos y otros hermanos de buena voluntad a llegar a los refugiados e inmigrantes en medio y alrededor de nosotros para conocer los desafíos que enfrentan. Y animo a nuestros fieles también a contactar a nuestro presidente y legisladores federales en este momento crítico y compartir con ellos la importancia de adoptar políticas justas para los inmigrantes y refugiados y favorables para todo el pueblo de Dios.

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