El Papa pide a los católicos que renueven la consagración del mundo a María cada 25 de marzo

Por Carol Glatz | Catholic News Service

CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — El Papa Francisco ha invitado a los católicos de todo el mundo a renovar el acto de consagrar la Iglesia y toda la humanidad, especialmente Rusia y Ucrania, a María cada 25 de marzo, fiesta de la Anunciación.

Al final de su audiencia general en la Plaza de San Pedro el 22 de marzo, el Papa recordó el servicio del año pasado “cuando, en unión con todos los obispos del mundo, la Iglesia y la humanidad, especialmente Rusia y Ucrania, fueron consagradas al Inmaculado Corazón de María.”

El Papa Francisco quema incienso ante una estatua mariana tras consagrar el mundo y, en particular, Ucrania y Rusia al Inmaculado Corazón de María durante un servicio penitencial de Cuaresma en la Basílica de San Pedro del Vaticano el 25 de marzo de 2022. Un año después, pidió a los católicos de todo el mundo que renovaran la consagración y rezaran por la paz. (CNS photo/Vatican Media)

“No nos cansemos de encomendar la causa de la paz a la Reina de la paz”, dijo, pidiendo que no se olvide “a la martirizada Ucrania, que sufre tanto”.

El Papa invitó “a cada creyente y comunidad, especialmente a los grupos de oración, a renovar cada 25 de marzo el Acto de Consagración a la Virgen, para que Ella, que es Madre, pueda custodiar a todos en la unidad y en la paz”.

Cuando la violenta invasión rusa a Ucrania entraba en su segundo mes, el Papa Francisco pronunció el Acto de Consagración tras dirigir un servicio penitencial de Cuaresma en la Basílica de San Pedro el 25 de marzo de 2022. Había pedido a los obispos de todo el mundo que se unieran a él ese mismo día para consagrar Ucrania y Rusia al Inmaculado Corazón de María.

En su homilía durante el servicio penitencial de Cuaresma, el Papa Francisco había dicho que el Acto de Consagración “no se trata de una fórmula mágica, sino de un acto espiritual” de plena confianza de “los hijos que, en la tribulación de esta guerra cruel y sin sentido que amenaza al mundo, recurren a su Madre, depositando en su corazón el miedo y el dolor y entregándose totalmente a ella”.

“Es colocar en ese Corazón limpio, inmaculado, donde Dios se refleja, los bienes preciosos de la fraternidad y de la paz, todo lo que tenemos y todo lo que somos, para que sea ella, la Madre que nos ha dado el Señor, la que nos proteja y nos cuide”, había dicho el Papa.

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Author: Catholic News Service

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