Expertos ven esperanzas en la inclusión pastoral de los católicos con discapacidades, pero también ven retos pendientes

Por Gina Christian | OSV News

(OSV News) — En su casa de Saginaw, Michigan, John Kraemer, de 45 años, pasa horas cada día en su oficio y vocación: construir elaboradas maquetas de iglesias católicas y luego llenarlas de figuras para exponerlas en diversas parroquias.

Sus materiales son sencillos: bloques de plástico LEGO de colores brillantes (unos 25,000) que han deleitado a niños durante décadas.

Pero el mensaje de Kraemer — quien tiene una parálisis cerebral leve y discapacidad visual y auditiva — es muy profundo.

“Mi obra es una oración”, dijo Kraemer a OSV News. “Comparto mi pasión por la fe a través de los ladrillos (LEGO). Y las figuras de la iglesia incluyen personas en sillas de ruedas, sillas eléctricas… personas mayores, perros de servicio”.

Según Kraemer, se trata de mostrar que “todos son bienvenidos en esta Iglesia. … La gente suele verse a sí misma sentada dentro del proyecto, (que) … no es un reflejo del pasado, sino una plegaria por el futuro”.

Y las personas que tratan de incluir mejor a las personas con discapacidades en la vida de la Iglesia dicen que el horizonte es esperanzador, a pesar de los retos que persisten.

“Vamos en la dirección correcta”, dijo a OSV News Charleen Katra, directora ejecutiva de la Alianza Nacional Católica sobre la Discapacidad o National Catholic Partnership on Disability (NCPD por sus siglas en inglés). “Ha habido mucho movimiento (hacia adelante) en las últimas dos décadas”.

En su casa de Saginaw (Michigan), John Kraemer, de 45 años, pasa horas cada día en su oficio y vocación: construir elaboradas maquetas de iglesias católicas y luego llenarlas de figuras para exponerlas en varias parroquias. En una foto del 13 de marzo de 2020. (OSV News photo/Danielle McGrew Tenbusch, cortesía de la Diócesis de Saginaw)

“Siento que estamos progresando bastante bien, y lo que me alegra el corazón es ver que las parroquias (son conscientes) de que este esfuerzo por incluir a las personas con discapacidad forma parte de la misión diaria para la Iglesia”, dijo la hermana Kathleen Schipani, del Inmaculado Corazón de María, directora de la Oficina para Personas con Discapacidad de la Arquidiócesis de Filadelfia y ex presidenta de la junta directiva de la NCPD.

Según los Centros de Control de Enfermedades (CDC), alrededor del 26% (o 1 de cada 4) de adultos en EE.UU. tiene algún tipo de discapacidad. En total, el 11.1% tiene serias dificultades de movilidad, el 10.9% experimenta problemas cognitivos importantes, el 5.7% es sordo o tiene dificultades auditivas, el 4.9% tiene una discapacidad visual y el 3% tiene una discapacidad de autocuidado que le impide vestirse o bañarse.

Tanto Katra como la hermana Schipani dijeron a OSV News que la fase continental del Sínodo sobre la Sinodalidad 2021-2024, con sus diversas sesiones de escucha, ayudó a poner de relieve las preocupaciones y percepciones de este importante grupo demográfico dentro de la Iglesia.

“El sínodo fue un buen primer paso”, dijo la hermana Schipani. “El proceso fue especialmente útil, sobre todo escuchar las historias de las personas con discapacidades y cómo ven los esfuerzos de la Iglesia. La única manera de avanzar es escuchando las historias”.

Cuando se escuchan las voces de las personas con discapacidades, los planteamientos pastorales “(pasan) de la inclusión a la pertenencia”, dijo Katra.

Katra ha presentado una propuesta a la Conferencia de Obispos de Estados Unidos para que adopte esta perspectiva y publique una nueva declaración pastoral sobre las personas con discapacidades que actualice el documento original de los obispos de 1978.

“Mi sugerencia para la nueva (declaración) es que se centre más en las capacidades que en las discapacidades, y … en el sentido de pertenencia, en todos los niveles del sentimiento y la experiencia humana”, dijo Katra.

En lugar de ser una iniciativa para unos pocos especialistas calificados, la pastoral para personas con discapacidades debería implicar a “todos los miembros de la Iglesia (para que) … todas las personas tengan acceso, se sientan bienvenidas y sepan concretamente que pertenecen a la Iglesia, y tengan acceso a la vida de la Iglesia”, dijo la hermana Schipani.

Desde ese punto de vista, las personas con discapacidades pueden considerarse “agentes de evangelización, no sujetos de evangelización”, afirmó Katra. “Su vocación es servir a la Iglesia, no ser servidos”.

Tanto ella como la hermana Schipani señalaron varias áreas en las que la pastoral para discapacitados requiere una mayor inversión.

Los materiales de catequesis y formación en la fe aún necesitan ser más accesibles, dijo la hermana Schipani, que en 2017 desarrolló y lanzó la aplicación “Religious Signs for Families” para ayudar a los niños sordos y a los miembros de la familia a aprender a rezar en lenguaje de señas americano (ASL).

“Todavía vemos que algunas publicaciones de renombre no subtitulan su multimedia”, dijo, y agregó que simplemente confiar en la tecnología adaptativa para cerrar la brecha es insuficiente.

“Pregunte a alguien que utilice realmente tecnología adaptativa”, dijo la hermana Schipani. “Las personas sordas pueden utilizar subtítulos automáticos, pero no funcionan bien con los términos religiosos. Así que dar ese paso extra expresa que tenemos en cuenta a las personas sordas y con problemas de audición, y que son miembros valiosos de nuestra comunidad”.

La creación por parte del Word on Fire Institute de la Beca del Venerable Jerome Lejeune — diseñada para concientizar sobre la importancia de las personas con discapacidad intelectual y física, tanto en la Iglesia como en la cultura en general — fue una señal positiva por parte de un proveedor clave de contenidos de formación en la fe, afirmó. La beca inaugural, que lleva el nombre del científico francés que identificó la causa genética del síndrome de Down, le fue otorgada a Mark Bradford, presidente fundador de la rama estadounidense de la Fundación Jerome Lejeune, con sede en París, y padre de un hijo adulto con síndrome de Down.

Hacer que las escuelas católicas sean “más inclusivas para los niños con discapacidad intelectual” también es vital, dijo la hermana Schipani. “Una escuela totalmente segregada para la educación especial no es una tendencia que tenga futuro, y la investigación lo confirma”.

Un estudio de 2018 del National Council on Disability titulado “La segregación de los estudiantes con discapacidades” (The Segregation of Students with Disabilities”) encontró que “la educación inclusiva lleva a los mejores resultados de aprendizaje”.

Ofrecer acogida a quienes padecen enfermedades mentales, alzhéimer y demencia, es cada vez más importante — especialmente a medida que crece el número de afectados en todo el país, dijo Katra.

Entre 2019 y 2020, cerca del 21% de adultos estadounidenses, más de 50 millones, sufrían una enfermedad mental, según la organización sin fines de lucro Mental Health America. Según CDC, se estima que para 2060, el número de casos de enfermedad de Alzheimer – el tipo más común de demencia — aumentará en Estados Unidos de poco más de 5.6 millones a 14 millones.

“La parroquia puede y debe ser un lugar de esperanza”, dijo Katra. “Le corresponde a la Iglesia ser ese lugar seguro, ese hogar para que la gente venga y sea aceptada donde está, para que podamos como dice tan bellamente el Papa Francisco … caminar con ellos a un lugar mejor”.

Kraemer dijo que ese es el objetivo de su labor de amor, ladrillo de LEGO a ladrillo de LEGO.

“Mientras construyo, oro por la vida de la Iglesia, de nuestras comunidades parroquiales… especialmente después del COVID, cuando recibimos grandes golpes”, dijo. “Rezo para que la gente haga de la Misa una prioridad, para que más personas estén dispuestas a explorar sus talentos, y los utilicen como una forma de evangelizar como yo lo hago”.

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Author: OSV News

OSV News is a national and international wire service reporting on Catholic issues and issues that affect Catholics.

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