Por Justin McLellan | Catholic News Service
ROMA (CNS) – La mayor crisis de desplazamiento en África ha visto a casi 4.5 millones de personas huir de sus hogares debido a conflictos civiles mortales y desastres ambientales en Sudán del Sur. El Papa Francisco tiene previsto reunirse con algunos de ellos el 4 de febrero durante su “peregrinaje ecuménico” de tres días al país con el Arzobispo Anglicano Justin Welby de Canterbury y el Reverendo Iain Greenshields, moderador de la Iglesia de Escocia.
Desde el 2013, la violencia que incluye desde ataques concentrados entre grupos étnicos rivales hasta una guerra civil se ha apoderado de la nación más joven del mundo, la cual declaró su independencia en 2011. Se firmó un acuerdo de paz entre los dos bandos beligerantes más grandes en 2015 solo para desmoronarse un año después. En el 2018 se firmó un acuerdo de paz revitalizado.
“Hay un acuerdo de paz, pero todavía hay violencia subnacional activa”, dijo Charlotte Hallqvist, funcionaria de la agencia de refugiados de la ONU, ACNUR, en Sudán del Sur, a Catholic News Service el 2 de febrero. “Los conflictos étnicos van en aumento”.

Exacerbando los desplazamientos es una “superposición de crisis”, dijo. Sudán del Sur está experimentando su cuarto año de inundaciones históricas, lo cual ha profundizado las tensiones entre los grupos étnicos.
“Sudán del Sur siempre ha visto inundaciones, pero las inundaciones estacionales no están desapareciendo, lo que provoca que la gente se traslade a regiones tradicionalmente pobladas por miembros de otros grupos étnicos”, explicó Hallqvist. “Eso conduce a la competencia por la tierra y los recursos que alimenta las tensiones étnicas”.
“Lo que estamos viendo son olas de desplazamiento”, dijo a CNS. “La gente no ha sido desplazada una vez, sino dos, tres veces, cuatro veces”, dijo.
Miles de esos desplazados terminan en sitios de “Protección de Civiles” operados por las Naciones Unidas similares a campos de refugiados, como el de Malakal, donde el Padre Michael Bassano, un misionero Maryknoll de Binghamton, Nueva York, trabaja desde 2013. Él estima que actualmente viven allí entre 40,000 y 50,000 personas.
El Padre Bassano atiende a la comunidad católica en el sitio de Malakal compuesta por unas 2,000 personas pertenecientes principalmente a tres grupos étnicos. Dos de ellos, los shilluk y los nuer, continúan luchando activamente entre sí en el estado del Alto Nilo del país.
“Dijimos que solo tendríamos una iglesia si todos los grupos étnicos estuvieran involucrados”, dijo a CNS. “Había oposición a orar con personas del otro grupo, pero seguíamos diciendo en la iglesia que, si somos una familia de Dios, tenemos que ir más allá de estas divisiones”.
El Padre Bassano tenía previsto presentar al Papa Francisco a varias personas desplazadas del sitio de Malakal durante la reunión del papa con desplazados internos de todo el país en Juba el 4 de febrero.
La visita del papa, dijo el Padre Bassano, muestra a aquellos con los que trabaja “que la gente está rezando por ellos y se preocupa por ellos en este momento en que continúa la violencia. Necesitan ser alentados para que puedan tener paz y la violencia llegará a su fin”.
“Estas personas literalmente no tienen nada, han perdido sus tierras, medios de subsistencia, hogares. Sin embargo, sobreviven en los campamentos gracias a su fe”, expresó.