Limpien sus corazones de ira, vivan el Evangelio, dice el papa en Irbil

Por Cindy Wooden | Catholic News Service

IRBIL, Irak (CNS) — Habiendo sido testigos, o incluso habiendo vivido la persecución por su fe, los cristianos de Irak deben tener cuidado de no albergar pensamientos de venganza, les dijo el papa Francisco.

Después de toda una mañana de hacer tributos a las víctimas de la violencia del estado islámico, el papa Francisco llegó al acontecimiento más importante de su viaje a Irak, la misa del 7 de marzo con más de 10,000 personas en el Estadio Franso Hariri de Irbil. Muchos ignoraron las medidas de distanciamiento social en vigor, y pocos llevaron las mascarillas que tendrían que haber utilizado debido a la pandemia de COVID-19.

Irbil, la capital de la región autónoma de Kurdistán, en el norte de Irak, alberga a refugiados sirios y a cientos de miles de personas desplazadas, especialmente cristianos, de Mosul, Qaraqosh y otros pueblos que habían estado sometidos a militantes del estado islámico entre 2014 y 2017,

El papa Francisco saluda a la multitud a su llegada para celebrar la misa en el estadio Franso Hariri en Irbil, Irak, el 7 de marzo de 2021. (Foto CNS / Vatican Media)

Después de bendecir el altar con incienso, el papa Francisco bendijo una estatua parcialmente restaurada de la Virgen María de una parroquia en Karmless. Los militantes del estado islámico habían decapitado la estatua y le habían cortado las manos. La restauración repuso la cabeza, pero dejó las manos colgando.

“Aquí en Irak, cuántos de nuestros hermanos y hermanas, amigos y compatriotas llevan las llagas de la guerra y la violencia, llagas tanto visibles como invisibles”, le dijo el papa a la multitud. “La reacción es reaccionar a estas y otras experiencias dolorosas con la fuerza humana, la sabiduría humana”, pero el camino de Jesús fue servir, sanar, amar y entregar la vida por los demás.

Refiriéndose al relato del evangelio de Juan sobre Jesús y su limpieza del templo, el papa Francisco dijo que Jesús no quería que la casa de su Padre fuera un mercado, y “tampoco quiere que nuestros corazones sean lugares de disturbio, desorden y confusión”.

“Nuestro corazón se debe limpiar, ordenar y purificar”, dijo el papa.

Todo lo que separa a la persona de Dios o la lleve a ignorar el sufrimiento de los demás debe limpiarse, dijo. “Tenemos que barrer las vanas tentaciones de poder y dinero fuera de nuestros corazones y de la iglesia”.

Pero, les dijo el papa, “para limpiar el corazón, tenemos que ensuciarnos las manos, sentirnos responsables y no simplemente quedarnos mirando mientras que nuestros hermanos y hermanas sufren”.

A través de su propio sufrimiento, muerte y resurrección, Jesús “nos libera de nociones estrechas y divisorias de familia, fe y comunidad, que dividen, oponen y excluyen, para que podamos construir una iglesia y una sociedad abierta a todos y preocupada por nuestros hermanos y hermanas más necesitados”.

“Al mismo tiempo”, dijo el papa, Él nos fortalece para resistir la tentación de buscar venganza, que solo nos lanzaría a una espiral de revancha sin fin”.

Con fe en Jesús y con las experiencias de la pasada década, les dijo el papa Francisco, el Espíritu Santo los envía “como discípulos misioneros, hombres y mujeres llamados a dar testimonio de la fuerza del Evangelio capaz de transformar la vida”.

Al final de la misa, el arzobispo católico caldeo Bashar Warda, de Irbil, dio las gracias al papa por viajar a Irak durante la pandemia, diciéndole al pontífice que había hecho real el dicho: “No tengan miedo”. El arzobispo dijo que los iraquíes deben dar vida al mensaje del papa de paz, hermandad y perdón.

Luego el papa Francisco se dirigió a la multitud—y a quienes lo seguían por televisión: “Ahora llega el momento en que debo partir para Roma. Pero Irak siempre permanecerá conmigo en mi corazón. Les pido a todos, queridos hermanos y hermanas, que trabajen juntos en unidad por un futuro de paz y prosperidad que no deje atrás a nadie y no discrimine contra nadie. Pido a Dios que los miembros de las distintas comunidades religiosas, junto con hombres y mujeres de buena voluntad, cooperen para fortalecer los vínculos de fraternidad y solidaridad al servicio del bien y por la paz. Salaam, salaam, salaam, shukran y que Dios bendiga a todos, Dios bendiga a Irak, Alla ma´akum (Dios esté con ustedes)”.

La misa fue el último de los grandes eventos públicos de la visita del papa Francisco del 5 al 8 de marzo.

  Share:

Author: Catholic News Service

Catholic News Service is the U.S. Conference of Catholic Bishops’ news and information service.

Leave a Reply

*