Por Kelly Sankowski
Servicio Católico de Noticias
Antonia Alvarez, madre de tres destinatarios de DACA y ciudadana de los Estados Unidos, comenzó un ayuno de 10 días el 4 de Diciembre fuera del Capitolio en Washington para abogar por la aprobación de la Acción Diferida para Arribos en la Infancia, (DACA)
La medida les permitiría a sus hijos y otros 800,000 “Soñadores” permanecer en el país y obtener un camino hacia la ciudadanía.
Alvarez es originaria de la ciudad de México y dijo que ella inmigró a los Estados Unidos hace 16 años debido a las condiciones peligrosas en México. Actualmente vive en New Brighton, Minnesota, donde ha hecho ayunos similares durante los últimos años.
Pero después de que el presidente Donald Trump anunció en Septiembre que terminaría con DACA, surge una urgencia en Alvarez para defender DACA.
Para llamar la atención de los miembros del Congreso, ella decidió que necesitaría viajar para celebrar un ayuno justo en frente de sus oficinas. Al finalizar DACA, Trump pidió al Congreso que presente una solución legislativa para mantener el programa en marzo. Muchos congresistas están pidiendo la aprobación de la propuesta Ley de Desarrollo, Alivio y Educación para Menores Extranjeros, o mejor conocida como DREAM Act, como una solución legislativa para proteger a más de 700 000 beneficiados de DACA .
Alvarez, una feligresa de la parroquia de la Encarnación Sagrado Corazón en Minneapolis, viajó a Washington con un grupo de líderes de la Arquidiócesis de St. Paul y Minneapolis para hablar con los líderes del Congreso, y luego se quedó para llevar a cabo el ayuno.
Ella dijo que planeaba ayunar hasta la aprobación del DREAM Act. ó hasta cuando el Congreso entre en receso de vacaciones el 15 de Diciembre.
Todos los días de 7 a.m. a 6 p.m., ella planea sentarse en una sección de los terrenos del Capitolio directamente entre los edificios de oficinas de la Cámara y el Capitolio, instando a los legisladores a tomar medidas sobre la ley.
“A veces dije, ‘Dios, me quedo sola”, dijo, expresando temor de hacer esto sola. Pero escucho, [y escucho] “No estás sola”.
Ahora ella realmente no está sola. Daniel Galán, un electricista de Chicago de 25 años, que vio en Facebook lo que Alvarez estaba haciendo, decidió subirse a un autobús desde Illinois para unirse a ella.
Galán, un feligrés de la Iglesia Católica St. Paul en el South Side de Chicago, fue traído a los Estados Unidos desde la Ciudad de México a los 8 años. Él y su novia son receptores de DACA, por lo que dijo que estaba haciendo el ayuno por los dos, así como representando a muchos otros Dreamers, él sabe que no pueden todos viajar a Washington por los costos.
“Nuestra familia era pobre. Mi mamá no veía ningún futuro para mí en México, así que me trajo aquí para poder ir a la escuela, trabajar y ser alguien en la vida “, dijo Galán a Catholic Standard, periódico de la Arquidiócesis de Washington.
Los tres hijos de Alvarez, que son destinatarios de DACA, tienen 24, 25 y 28 años. Su hijo mayor es un hombre de negocios, y los otros dos están en la escuela, uno obtiene su licenciatura y el otro estudia su maestría. Ella también tiene una hija de 12 años que es ciudadana de los Estados Unidos.
“Todos los días llora por su hermano y sus dos hermanas”, dijo Álvarez.
Alvarez, que tiene un negocio de limpieza de casas en Minnesota, dijo que su familia ha pagado por la educación de todos sus hijos.
“No queremos migas”, dijo. “Estamos trabajando para todo”.
A diferencia de ella, los hijos de Álvarez ahora están en el sistema legal, señaló, ya que tenían que dar información personal y pasar por un proceso de selección para estar cubiertos por DACA. Esto facilitaría su deportación.
“ICE (Inmigración y Control de Aduanas) tiene toda nuestra información”, dijo Galán. “Saben dónde encontrarnos, saben dónde vivimos y saben dónde trabajamos”.