Miren al futuro, no al pasado, dice el papa a familias

Por Junno Arocho Esteves | Catholic News Service

CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — Las familias cristianas están llamadas a emprender un camino de amor y servicio que las lleve a la alegría y la esperanza en el futuro, expresó el papa Francisco.

En el matrimonio y la vida familiar, quienes siguen el llamado de Jesús verán que “él siempre nos precede en el amor y el servicio. Y quienes lo siguen no serán defraudados”, manifestó el papa el 25 de junio en su homilía en una misa con miles de peregrinos quienes participaban en el Encuentro Mundial de las Familias.

“Queridas familias, también a ustedes se les ha pedido que no tengan otras prioridades, que no ‘miren atrás’, que no añoren su vida anterior, su libertad anterior, con sus engañosas ilusiones. La vida se ‘fosiliza’ cuando no está abierta a la novedad del llamado de Dios y suspira por el pasado”, acotó.

El Santo Padre participó en la misa al aire libre en la Plaza de San Pedro, pero no pudo presidir la liturgia por problemas en la rodilla. En cambio, fue el cardenal estadounidense Kevin J. Farrell, prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia, y la Vida, quien presidió.

El Papa Francisco besa a un bebé antes de asistir a la Misa en la Plaza de San Pedro durante el Encuentro Mundial de Familias en el Vaticano el 25 de junio de 2022. El Cardenal estadounidense Kevin J. Farrell, Prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, presidió la Misa (CNS photo/Vatican Media)

Antes de concluir la misa, el cardenal Farrell anunció que se celebrará en Roma un “Jubileo de las Familias” durante el Año Santo 2025. El cardenal dijo que el próximo Encuentro Mundial de las Familias tendrá lugar en 2028.

“A partir de este momento, oremos para que estos sean grandes eventos de gracia que toquen los corazones de miles de familias”, dijo el cardenal Farrell.

Con altas temperaturas en Roma durante toda la semana, el Vaticano había trasladado la misa a la noche para “acomodar la participación de los fieles”.

El papa Francisco llegó a la Plaza de San Pedro y, con varios niños a bordo de su papamóvil, condujo para saludar a las familias y los peregrinos. También se detuvo varias veces en el camino para besar a los bebés que le traían.

En su homilía, el Sumo Pontífice reflexionó sobre la segunda lectura del día de la Carta de San Pablo a los Gálatas, en la que el apóstol instó a los cristianos no usar su libertad “como una oportunidad para la carne, sino para servirse unos a otros por amor”.

Si bien la libertad sigue siendo “uno de los ideales y objetivos más preciados de la gente de nuestro tiempo”, sostuvo el papa, muchos “carecen de la mayor libertad de todas, que es la libertad interior”.

En el contexto de la familia, dijo, los cristianos no están llamados a ser “‘planetas’ o ‘satélites’, cada uno viajando en su propia órbita”, sino que están llamados a ser un “lugar de encuentro, de compartir, de salir de nosotros mismos para acoger a los demás y estar junto a ellos”.

“La familia es el primer lugar donde aprendemos a amar”, dijo el papa. “No permitamos que la familia se envenene con las toxinas del egoísmo, el individualismo, la cultura actual de la indiferencia y el derroche, y como resultado pierda su propio ADN, que es el espíritu de aceptación y servicio”.

Recordando la primera lectura del día del Primer Libro de los Reyes — en la que el profeta Elías unge a su sucesor, Eliseo — el papa Francisco dijo que la relación entre los profetas era una “relación entre generaciones” que refleja “la ‘transmisión del testimonio’ de los padres a los hijos”.

Elías, explicó, se encontraba en “un momento de crisis y miedo por el futuro”, al igual que muchos padres que “temen que sus hijos no puedan encontrar su camino en medio de la complejidad y la confusión de nuestras sociedades”.

Sin embargo, en ese momento, “Dios hace que Elías se dé cuenta de que el mundo no se acaba con él y le ordena pasar su misión a otro”, señaló.

“Queridos padres, si ayudan a sus hijos a descubrir y aceptar su vocación, verán que también ellos serán ‘atrapados’ en esta misión; y encontrarán la fuerza necesaria para afrontar y superar las dificultades de la vida”, dijo el papa.

La lectura del Evangelio del día de San Lucas, en la que Jesús fue rechazado por el pueblo de Samaria en su camino hacia su muerte en Jerusalén, dijo el papa, es una lección poderosa para las familias, especialmente las parejas casadas que están llamadas a experimentar “el matrimonio y la vida familiar como misión”.

“Lo que Jesús encontró en Samaria tiene lugar en toda vocación cristiana, incluyendo la de la familia”, indicó el papa. “Hay momentos en los que tenemos que asumir la resistencia, la oposición, el rechazo, y la incomprensión que nacen del corazón humano y, con la gracia de Cristo, transformarlos en aceptación de los demás y amor gratuito”.

Partiendo de sus comentarios preparados, el Santo Padre dijo que se necesita valentía para tener una familia y lamentó que “vemos muchos jóvenes que no tienen la valentía de casarse”.

“Muchas veces una madre me dice: ‘Por favor, haz algo. Habla con mi hijo porque no se quiere casar con nadie. ¡Tiene 37 años!'”.

“‘Pero señora'”, dice que le responde, “‘deje de plancharle las camisas. Empiece a enviarlo afuera para que se vaya del nido'”.

El papa Francisco instó a las familias recordar su importancia para la sociedad y para la iglesia, porque “la iglesia nació de una familia, la Sagrada Familia de Nazaret, y está compuesta mayoritariamente por familias”, expresó el papa.

“Que el Señor les ayude cada día a perseverar en la unidad, la paz, y la alegría, y a mostrar a todos los que encuentran que Dios es amor y comunión de vida”, dijo.

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Author: Catholic News Service

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