Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
En su encíclica más reciente, “Fratelli Tutti, (Hermanos Todos) sobre la fraternidad universal y la amistad social”, el Papa Francisco habla de las diferentes formas y circunstancias en las que estamos llamados a mostrar nuestro amor por nuestras hermanas y hermanos en todo el mundo. En el espíritu de su homónimo, San Francisco, el Santo Padre nos desafía a una forma de vida marcada por el “sabor del Evangelio”, una forma que valora la dignidad humana otorgada por Dios a cada persona.
Para ayudar a transmitir su mensaje, el Papa ofrece una reflexión extensa en su carta sobre una de mis historias del Evangelio favoritas: la parábola del Buen Samaritano (Lucas 10: 29-37). Recuerda la historia: los ladrones atacan a un hombre que camina por una carretera y lo dejan por muerto. Primero pasan a su lado un sacerdote y luego un levita, ninguno se detiene. Es un samaritano, alguien considerado un enemigo, el que se siente movido por la compasión para detenerse y ayudar al hombre, el venda las heridas de este hombre desconocido para él y paga por su atención en una posada. Escribí sobre ésta parábola hace cinco años en mi carta pastoral sobre la misericordia. El buen samaritano nos muestra cómo es la misericordia. Requiere no solo saber qué hacer correctamente, sino también hacerlo. Jesús contó esta parábola en respuesta a la pregunta: “¿Quién es mi prójimo?” La respuesta es que nuestro vecino es cualquier persona que conocemos, o encontramos que necesita nuestro cuidado, incluso si esto requiere sacrificar nuestro propio tiempo, comodidad y recursos.
Creo que esta es la esencia del mensaje que el Papa Francisco quiere transmitir en “Fratelli Tutti”, y es un mensaje muy necesario hoy. No tiene pelos en la lengua, como se dice popularmente. Con demasiada frecuencia, nuestra política, economía y comunicaciones están marcadas por un individualismo egoísta y un aislamiento. Esto contribuye a la cultura del descarte que no reconoce la dignidad humana y las necesidades de los niños en el útero, los ancianos, los presos y los migrantes en busca de una vida mejor. Agrava los problemas actuales de racismo, trata de personas y degradación del medio ambiente.
El Papa está llamando a todas las personas y sociedades a rechazar esta cultura del descarte y reconocer a Cristo en cada persona. Ninguno de nosotros es perfecto y, a menudo, nos sentimos tentados a actuar como los transeúntes de la historia del buen samaritano. Estamos ocupados con nuestras propias vidas. No queremos involucrarnos. Incluso podemos ser críticos. Pero el Santo Padre nos desafía a ser como el que se detiene para mostrar misericordia, compasión y respeto a nuestros hermanos y hermanas, sin importar de dónde sean, su raza o religión, o sus habilidades o circunstancias de la vida. Así es como logramos una sociedad marcada por el “sabor del Evangelio”.
Los animo a leer y estudiar esta carta del Papa Francisco y a actuar en sus propias vidas para ayudar a generar una cultura de amor, amistad y comprensión. Puede leer la encíclica en Inglés en https://bit.ly/2SYnxDj y en Español en https://bit.ly/377N6tT.
Una nota adicional
En esta época del año, normalmente publicamos el informe anual de la Diócesis de St. Cloud en las páginas de la revista. Como saben, la diócesis solicitó la Bancarrota de reorganización de acuerdo al Capítulo 11 en Junio. A la luz de esto, toda la información sobre la situación financiera de la diócesis se ha divulgado como parte de los procedimientos de Bancarrota de reorganización disponibles al público. La información sobre los procedimientos está disponible en http://stcdio.org/reorganization.
Que todos ustedes y sus seres queridos tengan un feliz Día de Acción de Gracias.
Sinceramente suyo en Cristo,
+Obispo Donald J. Kettler
Obispo Donald J. Kettler es el noveno obispo de la Diócesis de St. Cloud, Minnesota.