Obispo Kettler: Una carta para los graduados de este año

Mi columna este mes está dirigida a las mujeres y hombres jóvenes que se están preparando para graduarse de la escuela preparatoria y la universidad.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo:

Obispo Donald J. Kettler es el novena Obispo de la Diócesis de St. Cloud, Minnesota.

La pandemia de coronavirus probablemente cambiará la forma en que podrán celebrar su graduación este año con familiares y amigos. Esto viene después de lidiar con los desafíos del aprendizaje remoto, el distanciamiento social de los compañeros de clase y los maestros, y la cancelación de eventos deportivos y otras actividades escolares.

Sé que esta situación ha causado mucho miedo, frustración y decepción. La noticia nos recuerda cada día el impacto más amplio que el virus está teniendo en la salud de las personas, la economía y muchos otros aspectos de la vida en todo el mundo. Incluso nos ha impedido, por un tiempo, adorar juntos en nuestras iglesias. Sin embargo, espero que hayan mantenido su vida de oración y hayan tomado tiempo para reflexionar sobre el impacto más profundo de esta pandemia. Creo que hay cosas importantes que aprender de esta experiencia, me gustaría enfatizar algunas reflexiones en lo que llamo, las lecciones que los ayudarán, a medida que avancen en el próximo capítulo de sus vidas:

  • Las cosas pequeñas en la vida son realmente las cosas grandes que nunca debemos dar por sentado: el amor a la familia, la compañía de amigos, la tutoría de buenos maestros. Cuando las circunstancias obligan a un cambio imprevisto de planes, cuando las responsabilidades escolares y laborales causan estrés, y cuando algo tan grave como esta crisis de salud actual fomenta la ansiedad y la incertidumbre, recuerden que tienen a todas ėstas personas relacionadas en su vida y son fuentes de apoyo. Las personas y las relaciones son más importantes que las cosas. Inviertan en ellos con amor, compasión, paciencia y amabilidad.
  • Los actos de sacrificio dan vida. Su tiempo fuera de la escuela durante esta pandemia ha ayudado a garantizar que más personas no estén expuestas al virus, especialmente los ancianos y las personas con problemas de salud subyacentes. Realmente creo que esto ha ayudado a salvar vidas y ha complementado los esfuerzos de los profesionales de la salud y otros trabajadores que están haciendo sacrificios increíbles para garantizar el bienestar de todos. Cuando ponemos las necesidades de los demás por encima de las nuestras a través del servicio y el sacrificio, nos acercamos a Cristo y a los demás.
  • Dios siempre está con ustedes, pase lo que pase. Hace aproximadamente un mes, el Papa Francisco presidió un momento especial de oración en la Basílica de San Pedro en Roma, buscando la bendición de Dios para el mundo en este tiempo de prueba. Nos recordó las palabras de Jesús, “No tengas miedo”, y sobre la esperanza que abrazamos esta temporada de Pascua de que nada nos separe del amor redentor de Dios. No es el coronavirus el que nos puede separar de Dios. No es un edificio cerrado de la iglesia. Ni siquiera la muerte misma nos puede separar del amor redentor de Dios. Continúen fomentando su relación con Dios. Hablen con Ėl en la oración sobre lo que tengan en mente. Él nunca les abandonará. Manténganse conectados con el ministerio de una parroquia o campus donde quiera que vayan; esto les ayudará a mantenerse en el camino correcto en su viaje de fe.

Rezaré por ustedes durante estas últimas semanas del año escolar y les pido que recen por mí.

Sinceramente suyo en Cristo,

+ OBISPO DONALD J. KETTLER

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Author: Bishop Donald Kettler

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