Queridos amigos:
Gracias a todos por la cálida bienvenida que he recibido.

¡Es el antídoto perfecto para el clima frío y nieve!
Como parte de mi preparación para la ordenación como obispo, me pidieron que hiciera un retiro privado. Opté por regresar a un centro de retiro en Black Canyon City, Arizona, que visité por primera vez como sacerdote recién ordenado. Originalmente se llamaba Casa de Oración Contemplativa de Nuestra Señora de la Soledad y fue fundada y atendida por la Hermana Therese Sedlock, O.S.F. Es un hermoso lugar desértico, ubicado en una gran mesa entre montañas y un vasto paisaje del desierto de Sonora.
Sor Teresa era una contemplativa y llena de amor y sabiduría. Ante cualquier problema que planteaba, ella simplemente decía: “Entonces, ¿qué más hay de nuevo?” Ella fue una
gran luz en mi vida hasta que se fue a casa con Dios hace algunos años.
Cuando discerní, dónde hacer mi retiro, decidí regresar allá, a mi hogar espiritual. Ahora se llama Ermita del Corazón Misericordioso y es una casa de oración para los sacerdotes. El padre Eugenio María, un ermitaño consagrado, está a cargo y me recibió muy amablemente.
Desde que fui nombrado el décimo obispo de la Diócesis de St. Cloud, he experimentado una gran cantidad de emociones. Sin duda, este es un cambio radical en mi vida, por lo que, si bien ha producido momentos de verdadera alegría y profunda gratitud, ¡también produjo momentos de ansiedad y me sentí un poco abrumado por la descripción del trabajo!
Al entrar en el silencio de mi retiro, medité en un libro maravilloso titulado “Anywhere Faith”, Fe en cualquier momento, de Heather King. Ella exploró el llamado de Moisés, quien estaba obsesionado con su propia insuficiencia e inseguridad. Ella escribió: “Dios usó un arbusto. Usó a Moisés. Él puede usarte. Luego agregó: “No, no puede hacerlo usted solo por su propia cuenta, especialmente si el trabajo es demasiado grande. No será suficiente su propia fuerza. Solo con Dios sí será capaz de hacerlo. Cuando la tarea parezca demasiado grande, descanse, sabiendo que Dios es aún más grande”.
Al reflexionar sobre el llamado de Moisés, a los discípulos y mi propio llamado, escribí en mi diario: “No tengo idea de lo que él ve en mí o que vio en ellos. Pienso que eran en todos los sentidos los más ordinarios de los hombres. Lo que importaba no eran tanto sus habilidades sino lo que Dios podía hacer a través de ellos. Porque Dios puede hacer todo lo necesario a través de nosotros. Y quizás nuestras debilidades son muy necesarias para que no pensemos que todo depende principalmente de nuestras propias habilidades”.
Cuando terminé mi retiro, en el fondo me sentía en paz. No significa que todavía no haya una mezcla de emociones, pero las palabras de la Hermana Therese Sedlock siguen viniendo a mí: “Entonces, ¿qué más hay de nuevo?” Ahora puedo aceptarlas mientras pienso en mi nuevo ministerio. Estoy listo para que comience esta próxima gran aventura y me siento honrado de haber sido llamado a ser su pastor. Oren por mí para que pueda ser fiel y amoroso, según el corazón de Cristo.
Suyo en Cristo,
+Obispo Patrick M. Neary, C.S.C., es el décimo obispo de la Diócesis de St. Cloud, Minnesota.