Papa: Denuncien la violencia y la predicación incendiaria

Por Carol Glatz | Catholic News Service

CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — Los líderes religiosos deben cooperar con valentía para apoyarse mutuamente, para oponerse al odio y promover la paz, dijo el papa Francisco.

“Como líderes religiosos, creo que, en primer lugar, debemos servir a la verdad y declarar lo que es malo cuando es malo, sin miedo ni pretensión, incluso y especialmente cuando lo cometen quienes profesan seguir el mismo credo que nosotros”, dijo en un mensaje escrito a quienes participaron en el Foro Interreligioso del G20 en Bolonia, Italia, del 12 al 14 de septiembre.

“También debemos ayudarnos los unos a otros, todos juntos, para combatir el analfabetismo religioso que impregna todas las culturas: es una ignorancia generalizada que reduce la experiencia de la fe a dimensiones rudimentarias de lo humano y seduce a las almas vulnerables para que se adhieran a los lemas fundamentalistas”, dijo.

“Realmente ya no es hora de alianzas de unos contra otros, sino de una búsqueda común de soluciones a los problemas que todos enfrentamos. Los jóvenes y la historia nos juzgarán por esto”, dijo el papa en su mensaje.

El papa Francisco habla con un lÌder religioso durante una reuniÛn interreligiosa en la llanura de Ur cerca de Nasiriyah, Irak, el 6 de marzo de 2021. (Foto CNS/Paul Haring)

El Foro Interreligioso del G20 es un evento anual que invita a líderes e instituciones religiosas a discutir temas globales con el objetivo de presentar ideas y recomendaciones basadas en la fe a los líderes globales y ayudar a dar forma a la política y la agenda global para cada cumbre del G20 para la cooperación económica internacional. El foro interreligioso tiene lugar cada año en el mismo país anfitrión que la cumbre anual de los jefes de estado y de gobierno del G20, que se celebrará en Roma del 30 al 31 de octubre.

En su mensaje escrito, que el Vaticano publicó el 11 de septiembre, el papa Francisco elogió el propósito del foro de reunir a líderes religiosos, políticos y culturales para dialogar y compartir ideas “para promover el acceso a los derechos fundamentales, sobre todo la libertad religiosa, y para cultivar la levadura de unidad y reconciliación donde la guerra y el odio han sembrado muerte y mentira”.

Los líderes religiosos son esenciales para promover y preservar la fraternidad y la caridad en la tierra y ayudarse mutuamente a liberar el espacio sagrado de la creación “de las nubes oscuras de la violencia y el fundamentalismo”, dijo.

El aumento de la temperatura del odio y la violencia por motivos religiosos representa un nuevo tipo de “cambio climático” que amenaza el entorno religioso, dijo.

“Basta pensar en el estallido de violencia que explota lo sagrado: en los últimos 40 años se han producido casi 3,000 atentados y alrededor de 5,000 asesinatos en varios lugares de culto, en esos espacios, es decir, que deben ser protegidos como oasis de santidad y fraternidad”, dijo el papa.

“Es demasiado fácil para aquellos que blasfeman el santo nombre de Dios persiguiendo a sus hermanos y hermanas para obtener financiación. Una vez más, la predicación incendiaria de aquellos que, en nombre de un dios falso, incitan al odio, a menudo se propaga sin control”, agregó.

En respuesta, dijo, todos los líderes religiosos “deben servir a la verdad”, denunciar el mal, combatir el “analfabetismo religioso” y promover “un desarrollo equitativo, solidario e integral que aumente las oportunidades de escolarización y educación, porque donde reinan la pobreza y la ignorancia la violencia fundamentalista desenfrenada se afianza más fácilmente”.

Las personas de fe no pueden combatir el odio con la violencia de las armas, lo que sólo conduce a “una espiral interminable de represalias y venganzas”, dijo.

Los líderes no deben matar, dijo. En cambio, deben ayudarse y perdonarse mutuamente, lo que requiere valor, verdad y ayuda sin condiciones.

El camino de la paz no se encuentra en las armas, sino en la justicia, dijo, “y los líderes religiosos debemos ser los primeros en apoyar estos procesos, dando testimonio de que la capacidad de combatir el mal no está en las proclamaciones, sino en la oración; no en venganza, pero en concordia; no en atajos dictados por el uso de la fuerza, sino en la paciente y constructiva fuerza de la solidaridad”.

El papa apoyó una propuesta para establecer un monumento común a las personas asesinadas en lugares de oración. “¡Conservemos juntos la memoria común de nuestros hermanos y hermanas que han sufrido la violencia, ayudémonos unos a otros con palabras y gestos concretos para oponernos al odio que busca dividir a la familia humana!”

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Author: Catholic News Service

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