Por Junno Arocho Esteves | Catholic News Service
CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — La coexistencia entre las generaciones mayores y las más jóvenes puede generar una mejor apreciación de la vida que a menudo se pierde en la sociedad acelerada de hoy, dijo el papa Francisco.
Existe un “espíritu del descarte” generalizado en el mundo moderno que “descarta tantos niños no queridos, descarta a los ancianos”, dijo el papa el 2 de marzo durante su audiencia general semanal.
“El exceso de velocidad nos mete en una centrífuga que nos barre como confeti”, dijo. “La mirada de conjunto se pierde por completo” y, en cambio, se deja llevar por una actitud dictada por los flujos del mercado “para la cual los ritmos lentos son pérdidas y la velocidad es dinero”.
El papa continuó su nueva serie de conferencias dedicadas al significado y valor de la vejez y reflexionó sobre el tema “La longevidad: símbolo y oportunidad”.
La larga vida de los patriarcas registrada en la Biblia, dijo, “otorga a la relación entre longevidad y genealogía un significado simbólico fuerte, muy fuerte”.
La Biblia, dijo, describe cómo el “apoyo mutuo entre las generaciones es necesario para entender las experiencias vividas y enfrentarse a las grandes preguntas de la vida”.
Sin embargo, hoy, “el exceso de velocidad, que ya obsesiona todos los pasajes de nuestra vida, hace cada experiencia más superficial y menos nutriente”.
“Los jóvenes son víctimas inconscientes de esta escisión entre el tiempo del reloj, que quiere ser quemado, y los tiempos de la vida, que requieren una adecuada ‘fermentación'”, dijo. “Una larga vida permite experimentar estos largos tiempos y los daños de la prisa”.
Por eso, prosiguió el papa, los “ritmos más lentos” de la vejez ayudan a jóvenes y adultos a descubrir el verdadero sentido de la vida, para “hacer la existencia de todos más rica en humanidad”.
“Es necesario el diálogo entre generaciones”, dijo. “Si no hay diálogo entre jóvenes y ancianos, entre adultos, si no hay diálogo, toda generación permanece aislada”.
Un joven “que no está vinculado a sus raíces, que son los abuelos, no recibe la fuerza –como el árbol tiene la fuerza de las raíces– y crece mal, crece enfermo, crece sin referencias”, dijo.
Una mayor esperanza de vida hoy, dijo, debe ser bienvenida como una oportunidad para volver a forjar el pacto entre jóvenes y viejos y ayudar a todos a comprender “este significado de la vida, que es integral”.
“El sentido de la vida está en todo, desde el nacimiento a la muerte y tú deberías ser capaz de hablar con todos, también tener relaciones afectivas con todos, así tu madurez será más rica, más fuerte”, dijo el papa.