Papa: Nada es imposible para Dios, ni siquiera la paz en Ucrania

Por Cindy Wooden | Catholic News Service

CIUDAD DEL VATICANO (CNS) – El papa Francisco pidió a los católicos de todo el mundo que se unan a él para confiar a María “el deseo universal de paz, especialmente para la Ucrania mártir, que sufre tanto”.

Al recitar la oración del Ángelus al mediodía del 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada Concepción, el papa Francisco señaló las palabras del ángel Gabriel a María de que “nada es imposible para Dios”.

“Con la ayuda de Dios, la paz es posible, el desarme es posible”, dijo el papa a las personas reunidas en la Plaza de San Pedro. “Pero Dios quiere nuestra buena voluntad. Que la Virgen nos ayude a convertirnos a los planes de Dios”.

El papa también invitó a la gente a unirse a él a última hora de la tarde en la Plaza España en el centro de Roma, donde planeaba rendir homenaje a María ante una estatua de la Inmaculada Concepción después de visitar la Basílica de Santa María Mayor. La pandemia de COVID-19 había obligado a cancelar la ceremonia pública en la Plaza España en 2020 y 2021.

En su discurso del Ángelus al mediodía, el papa Francisco dijo que si bien los católicos hablan mucho sobre el pecado original, a menudo pasan por alto la “gracia original” del bautismo, cuando “Dios entró en nuestras vidas y nos convertimos en sus hijos amados para siempre”.

El papa Francisco saluda a la multitud tras rezar frente a una estatua mariana en la Plaza EspaÒa en Roma el 8 de diciembre de 2022, fiesta de la Inmaculada ConcepciÛn. (Foto CNS/Paul Haring)

La fiesta de la Inmaculada Concepción, que celebra la concepción de María sin pecado original, es un buen momento para recordar que “también nosotros pecadores hemos recibido un don inicial que ha colmado nuestra vida, un bien superior a todo, una gracia original , de la que a menudo, sin embargo, no somos conscientes”.

El día de la fiesta es un momento para escuchar a Dios que dice: “Hijo, hija, te amo y estoy contigo siempre, eres importante para mí, tu vida es preciosa”, dijo el papa. “Cuando las cosas no marchan bien y estamos desanimados, cuando estamos abatidos y corremos el riesgo de sentirnos inútiles o equivocados, pensemos en esto, en esta gracia original”.

Y, dijo, es un día perfecto para recordar que María estará con cada persona mientras intenta luchar contra la tentación y vivir en la plenitud de su “gracia original” bautismal.

“Nosotros, que luchamos por elegir el bien, podemos encomendarnos a ella”, dijo el papa. “Encomendándonos, consagrándonos a María, le decimos: ‘Tómame de la mano, llévame: contigo tendré más fuerza en la batalla contra el mal, contigo reencontraré mi belleza original'”.

Ucrania todavía estaba en la mente del papa cuatro horas después cuando se dirigió a la Plaza España en el centro del principal distrito comercial de Roma, donde se le unieron miles y miles de turistas y romanos que disfrutaban del día festivo.

En lugar de pronunciar un discurso a los pies de la estatua mariana, el papa Francisco siempre recita una oración que ha escrito para la ocasión, resumiendo las oraciones y necesidades de la ciudad y de sus habitantes, especialmente de los que, como él, dejan flores.

El papa también pidió a María que “vea y acogiera esas flores invisibles” que representan “tantas invocaciones, tantas súplicas silenciosas, a veces ahogadas, escondidas pero no de ti, que eres madre”.

Pero el papa comenzó a llorar y tuvo que hacer una pausa por un momento después de orar: “Virgen Inmaculada, hoy me hubiera gustado traerte la acción de gracias del pueblo ucraniano por la paz que tanto tiempo le hemos pedido al Señor”.

Animado por la multitud a continuar, el papa, sollozando, le dijo a María: “En cambio, debo presentarte de nuevo la súplica de los niños, de los ancianos, de los padres y madres, de los jóvenes de esa tierra martirizada”.

Así como María estaba al pie de la cruz cuando Jesús agonizaba, “todos sabemos que estás con ellos” en Ucrania y en todas partes la gente sufre a causa de la guerra, dijo el papa Francisco.

Mirando a María concebida sin pecado, dijo, los cristianos siguen “creyendo y esperando que el odio sea vencido por el amor; que sobre la mentira prevalezca la verdad; que sobre la ofensa triunfe el perdón; (y) que sobre la guerra, la paz saldrá victoriosa”.

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Author: Catholic News Service

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