Por Padre Oswaldo Roche
El Visitante
La Iglesia Católica desde su fundación sobre los Apóstoles, nació, como un cuerpo donde todos por medio del bautismo seriamos hermanos, hijos de un mismo Padre y unido en el Espíritu Santo. La condición de hermanos, nos obliga a vernos los unos a los otros con los ojos de Dios, desde la caridad y la fraternidad. Desde la subsidiaridad y la mutua cooperación. Es por ello, que la caridad sería la carta de presentación ante el mundo. Perfecta caritatis y fraternitas fraternitatis.
Es así, como se comprende la relación de Iglesias Hermanas que hay entre la Diócesis de San Cloud en Minnesota, la Diócesis de Maracay en Venezuela y Homa Bay en Kenia. Diócesis hermanadas en el amor, comparten la fe, los dones y el tiempo. Con la cooperación material, nos ayudamos mutuamente desde una pastoral social y la búsqueda de la justicia. Intercambiamos talentos culturales y expresiones que enriquecen nuestro desarrollo. La Iglesia desde su fundación ha sido un cuerpo que busca el equilibrio entre todos sus miembros. Al principio cuando los Apóstoles veían la necesidad de los pobres se preocupaban para que fueras asistidos, los niños, las viudas los enfermos. (Hech. 13: 1-12; -‘Separadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.’)( cf. Lc 10, 7;cf. 1 Co 9, 11). Se realizaban colectas para que los más pobres tuvieran lo necesario en forma equitativa. ( “Sólo que nosotros debíamos tener presentes a los pobres, cosa que he procurado cumplir con todo esmero” (Gálatas 2, 10)) Llego un momento, en que no bastaba con enviar dinero, había que enviar personal para la formación de las comunidades que crecían en número.
Luego surgió también la necesidad de enviar ministros, diáconos, obispos, sacerdotes, para que administraran los sacramentos y ayudaran a la Iglesia naciente. Así, como el Espíritu Santo eligió a Pablo y Bernabé, para ser enviados a las primeras comunidades. Así mismo, inspiro al Obispo de la Diócesis de San Cloud, Mons. Peter William Bartholome y tomó a los padres James Minette y Mark Willenbring; con la Hna. Annes y los envió a Maracay, luego fueron pasando el padre Tony Kroll, Todd Schneider, Jeft Ethen al padre Richard Walz. De tal manera que el envió respondiera a la petición hecha por Mons. Feliciano para que se ocuparan de los barrios que estaban naciendo en las periferias de la ciudad y ser pobres entre los pobres. Luego la llamada del Espíritu Santo fue para Mons. José Vicente Henríquez Andueza, apartó al padre David Trujillo, y lo envió a la Diócesis de Saint Cloud. Mons. Reinaldo Delprette, al padre José Bracamonte y actualmente Mons. Rafael Conde, envía al Padre Oswaldo Roche.
Somos hermanos en el Señor, peregrinos e inmigrantes, caminamos juntos hasta la tierra prometida. Nuestra misión de anunciar la alegría del Evangelio nos exige también ver que hay hermanos que sufren, familias enteras que necesitan encontrarse. Que hermoso es ver a los hermanos unidos.
Padre Oswaldo Roche, Presbítero misionero en la Diócesis de San Cloud.