Kristin Colberg es profesora asociada de teología en la Escuela de Teología y Seminario de St. John en Collegeville. Ella es el único miembro de Estados Unidos que es parte de la Comisión Teológica Internacional para el sínodo mundial 2021-2024 con su tema “Por una iglesia sinodal: comunión, participación y misión”. Este otoño viajó a Frascati, Italia, donde formó parte de un grupo de 24 miembros que pasó 12 días en oración, reflexión y discusión mientras redactaban el documento para la fase continental del sínodo. El documento, “Amplía el espacio de tu tienda de campaña”, fue publicado por el Vaticano a fines de Octubre. La siguiente entrevista realizada por el editor Joe Towalski fue editada por su extensión y claridad.
P. Usted pasó dos semanas del otoño de este año en Frascati, Italia, con un grupo de trabajo que sintetizaba el documento para la fase continental del sínodo. Explique qué es la fase continental y cómo encaja en el ámbito más amplio del sínodo.
Colberg: Creo que la Iglesia mundial tuvo una fase de escucha realmente exitosa a nivel diocesano. De los 114 posibles informes que podrían haber entregado las conferencias episcopales de todo el mundo, se recibieron 112. Entonces, el deseo es aprovechar al máximo lo que dice la gente. ¿Qué dijo el Pueblo de Dios durante esta consulta sobre cómo escuchan al Espíritu Santo y a qué está llamando el Espíritu Santo a la Iglesia hoy?
Cuando estabas conversando en Frascati, ¿te llamó la atención que muchos de los problemas y situaciones que enfrentan las personas en todo el mundo como católicos son más similares
que diferentes?
Lo que hicimos en Frascati fue tomar los 112 informes, oramos, leímos los informes, discernimos las ideas y tratamos de poner en un documento: “¿Qué dijo el Pueblo de Dios?”, “¿Qué escuchó la Iglesia al oír al pueblo de Dios?”. Lo que va a pasar en la fase continental es que, reunidos en siete grupos continentales, líderes laicos, obispos y cardenales de estos continentes reflexionaremos sobre este proceso de escucha.
P: Entonces, todos los continentes están leyendo el mismo informe. Todo el mundo está trabajando desde el mismo documento.
Colberg: Todos están trabajando desde el mismo documento. [Pero] luego cada continente escribirá otro segundo informe, que dirá: “Basado en estas reuniones que acabamos de celebrar, así es como nuestro continente va a proporcionar una especie de respuesta a ese documento”. … Es realmente un proceso de discernimiento.
Esas reuniones ocurrirán entre Febrero y Marzo del 2023. Entonces creo que para el 31 de Marzo los continentes tienen que producir cada uno su propio documento. Luego saldrá un documento de esos siete, y ese documento servirá como el documento de trabajo oficial para la [reunión del Sínodo Mundial de los Obispos] de Octubre.
P: Cuando estaba conversando en Frascati, ¿Le llamó la atención que muchos de los problemas y situaciones que enfrentan las personas en todo el mundo como católicos son más similares que diferentes?
Colberg: Así es, ėsta pregunta llega a una de mis mayores conclusiones de todo el proceso del sínodo, que es que yo esperaba que al leer esos 112 informes 112 acabaría preguntándome: ¿Cómo vamos a unirlos? … ¿De quién serán las preocupaciones que obtendrán la mejor facturación? Lo sorprendente para mí, fue encontrar en estos informes cuán similares son, cómo la gente quiere lo mismo, cómo la gente ama a la Iglesia y tiene luchas y alegrías similares.
Para mí, un claro hilo conductor entre todos estos informes es el deseo de más formación. Todos en la Iglesia dicen: “Podríamos ser más sinodales, podríamos trabajar mejor juntos, podríamos ser más fuertes si hubiera más formación para los laicos que quieren compartir más sus dones”. Los sacerdotes también necesitan más formación; los obispos necesitan más formación.
Una segunda línea común en todos los informes fue el deseo de ser una Iglesia más acogedora. Todos hablaron sobre la importancia de esforzarse para que las personas se sientan incluidas. Y, sí, cuando hablas con estas personas a nivel personal, estas 24 personas con las que me reuní presentaron los mismos temas: las personas aman profundamente a la Iglesia y ven sus fortalezas y sus alegrías, pero son honestos acerca de los lugares en los que la iglesia puede estar, auténticamente en sí misma y reflejando el ministerio de Jesús.
Una cosa acerca de este tiempo en Frascati fue que gracias a la oración teníamos una guía todos los días hacia donde seguir. Fue una mezcla entre un intercambio académico de ideas, una lectura de estos textos y mucha oración. Tuvimos discusiones en grupos, y seguíamos este formato sinodal donde todos hablaban una vez. Dimos la primera ronda y todos hablaban durante dos minutos antes de que alguien pudiera decir algo dos veces. Así que no estábamos construyendo unos sobre otros, todos compartían, y luego nos quedábamos en silencio. Entonces, para mí está claro que avanzar con la sinodalidad… es reconocer que se trata de un proceso. No se trata solo de encontrar un texto perfecto al final. Se trata de tener estas experiencias de escucha, de discernimiento orante y de trabajo conjunto.
P: El Papa Francisco ha agregado un año adicional a todo el proceso del sínodo. Ahora estamos planeando los trabajos del 2024. ¿Qué piensas sobre lo que sucederá durante ese tiempo extra?
Colberg: El Papa Francisco realmente percibió que el proceso requería más tiempo. Por lo que yo he escuchado, agregar un año extra no es agregar un nuevo paso o algo diferente o algo más. Es más, de lo mismo. El Vaticano lo llama “dos momentos” en esta última fase.
Creo que el Papa Francisco se ha dado cuenta de que formar a las personas para que participen en este tipo de discernimiento y proporcionarles el espacio necesario requiere mucho tiempo. Queremos a nivel universal, incluir a muchos obispos, unirnos y poder escucharnos unos a otros. Una cosa que algunas personas han comentado es que, cuando lees algunos de estos informes, a veces no escuchas las voces de los obispos y las voces de los sacerdotes con tanta claridad, porque tal vez había una sensación de que este era realmente un momento para los laicos para hablar. Pero necesitamos escuchar las voces de los sacerdotes y obispos. Necesitamos tiempo para eso.
En la fase diocesana, teníamos un grupo de personas que participaban en sesiones de escucha, pero no eran todos.
Tal vez cuando las personas lean estos informes o escuchen de un vecino, o escuchen de alguien más sobre esto y la autenticidad de este proceso, tal vez otra oportunidad los acerque y más personas participen.
Cuando se trata de sinodalidad… no estamos en este patrón de espera, aguardando que sucedan las reuniones de nivel universal para saber qué viene después. En nuestra Diócesis de St. Cloud, David Fremo y su equipo [del sínodo diocesano] han dirigido un proceso tan asombroso que nos ha enseñado cosas realmente importantes sobre nosotros mismos en las que podemos actuar ahora. No tenemos que esperar a que alguien regrese y diga: “Oye, hiciste un buen trabajo. Haz estas tres cosas más”. Deberíamos vivirlo y tomar acción ahora.
P: En los EE. UU. también tenemos otra gran iniciativa con el Avivamiento Eucarístico Nacional. Escucho a la gente hacer preguntas como, “¿Estos se conectan de alguna manera?” “¿Tiene el sínodo algo que pueda ofrecer al avivamiento a medida que avanzamos?” ¿Qué cree, que sí?
Colberg: Sé que la USCCB está realmente interesada en este tema porque no queremos que sean procesos paralelos o “estaba interesado en uno pero no en el otro”. Ellos van juntos. … No quiero extenderme demasiado, pero la Eucaristía es fuente y cumbre de nuestra vida, y es alimento para el camino sinodal. Entonces, ¿cómo revitalizamos nuestro interés y participación en la Eucaristía como una forma de conocer a Cristo profundamente y unirnos como comunidad, y eso hace posible nuestro caminar juntos y nuestro deseo de atraer a otros? … Creo que es realmente importante ver que el Renacimiento Eucarístico y el sínodo van juntos como dos aspectos principales interrelacionados de nuestro peregrinar, de nuestro caminar juntos, de nuestra comunidad.
P: ¿Hay algo más que le gustaría decir sobre el proceso del sínodo, la sinodalidad o sus experiencias hasta ahora?
Colberg: Mi mensaje siempre es que el sínodo es una fuente de renovación y entusiasmo. … Simplemente creo que es asombroso que la Iglesia Católica involucre a los laicos en este proceso para decir: “No se trata solo de teólogos académicos, obispos o personas en Roma que reflexionan sobre esto, sino que es realmente un sínodo de toda la Iglesia”. A veces pienso que mis alumnos llevan años queriendo que la Iglesia Católica les pregunte qué es lo que quieren, y aquí está ese momento, donde la Iglesia Católica realmente nos está preguntando, “¿Qué les está diciendo el Espíritu Santo acerca de lo que se necesita en el Iglesia en este tiempo y este lugar?
Terminaré comentando que, cuando miras el informe de Estados Unidos, menciona esto desde el principio: Que en la iglesia americana católica experimentamos una polarización de la Iglesia. A veces también experimentamos decepciones en la Iglesia. Creo que escuchar es un paso increíble para seguir adelante. No solo estamos llamados a hablar, sino que estamos llamados a escuchar. Por último, me gustaría animar a las personas, a pesar de las preocupaciones o el ajetreo, a entusiasmarse con el sínodo. Vivimos este momento histórico único en la vida de la Iglesia Católica y el Papa Francisco nos llama a todos a participar en ella. No podía pensar [en] más motivo de alegría y emoción.
Para obtener actualizaciones sobre el proceso del sínodo y enlaces a los documentos del sínodo, incluido el documento continental “Ampliar el espacio de su tienda”, visite la página web del sínodo de la Diócesis de St. Cloud en stcdio.org/synod-2021-2024.