Por Catholic News Service
TEGUCIGALPA, Honduras (CNS) — Un tribunal hondureño condenó a Roberto David Castillo, exempresario y oficial de inteligencia del ejército, a 22 años y seis meses de prisión por su papel en el asesinato de la activista ambiental hondureña Berta Cáceres en 2016.
Roberto David Castillo fue sentenciado el 20 de junio tras ser condenado en 2021 por ser colaborador en el asesinato de Cáceres, cuyo asesinato provocó indignación internacional y expuso la impunidad rampante en el país centroamericano.
Cáceres, indígena lenca y líder del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras, comúnmente llamado COPINH, fue asesinada en su casa por un escuadrón de la muerte en marzo de 2016. Había liderado la oposición a la construcción de un proyecto hidroeléctrico que amenazaba el territorio tradicional lenca a lo largo del río Gualcarque en el occidente de Honduras.
Castillo fue presidente de DESA, la empresa que construyó la represa. Otras siete personas han sido condenadas por su papel en el asesinato de Cáceres.
“David Castillo es solo un eslabón en la cadena de mando que ordenó el asesinato del líder del COPINH”, tuiteó el COPINH el 20 de junio. “La lucha del pueblo lenca por la #JusticiaParaBerta no cesará”.
La presidenta hondureña, Xiomara Castro, quien ganó una abrumante victoria en noviembre con una plataforma para poner fin a la corrupción y la impunidad, prometió justicia en el caso Cáceres. El 17 de junio, Castro nombró a la hija de Cáceres, Olivia Zúniga Cáceres, como embajadora a Cuba.
Durante años, católicos activos en temas ambientales y de justicia abogaron por la rendición de cuentas en el caso Cáceres.
“El testimonio de #BertaCáceres continúa inspirándonos a solidarizarnos con los hondureños mientras trabajan por la justicia y la rendición de cuentas en su país”, tuitearon las Hermanas de la Misericordia, que han llamado la atención a causas en Honduras, en 2021, en el quinto aniversario de la muerte de Cáceres.
El padre jesuita Ismael Moreno Coto, que conocía a Cáceres, dijo que la condena de Castillo en 2021 rompió “una tradición muy larga (en Honduras), una tradición permanente de impunidad”.