Un ministerio laico ofrece a parejas hispanohablantes un mejor matrimonio a través del amor, la entrega y el sacrificio

By Jaimie Julia Winters | OSV News

NEWARK, New Jersey (OSV News) — Para las parejas católicas de habla hispana que buscan mejorar sus matrimonios, el acompañamiento personal — un camino de presencia y de atención con el otro en su camino hacia el descubrimiento de Dios y del sacramento del matrimonio — es clave para crecer juntos más allá del día de la boda.

En una introducción a “Itinerarios catecumenales”, el Papa Francisco enmarca “acompañamiento”; como una acción importante de la Iglesia Católica en su conjunto, escribiendo que “existe ante todo el deber de acompañar con responsabilidad a quienes expresan la intención de unirse en matrimonio, para que sean preservados de los traumas de la separación y no pierdan nunca la fe en el amor”.

La parroquia de St. Peter en Belleville, Nueva Jersey, ofrece retiros a los católicos de habla hispana en toda la Arquidiócesis a través del Movimiento Juan XXIII.

El movimiento nació en Puerto Rico, en la Diócesis de Arecibo, creado bajo el pontificado del Papa Juan XXIII, para ser “un movimiento de evangelización y trabajar principalmente para aquellos alejados de la Iglesia y también marginados de la sociedad”. La oferta de retiro matrimonial — Convivencia Matrimonial Juan XXIII — se llevó a cabo por primera vez en 1973 en la Fiesta de Nuestra Señora del Carmen, la patrona del ministerio.

Arraigado en la Adoración Eucarística, el ministerio de los laicos sirve a la Iglesia y a las personas a través del amor, la entrega y el sacrificio. El movimiento está ahora en más de 30 diócesis en todo los Estados Unidos.

Los esposos y las esposas inicialmente asisten a un retiro de fin de semana por separado para profundizar su relación personal con Dios. Luego, como pareja, asisten juntos a otro retiro para profundizar el significado del Sacramento del Matrimonio.
Como actividad apostólica, se anima a los matrimonios a asistir a reuniones mensuales para continuar fortaleciendo su fe y su relación personal con Dios y entre ellos.

Palomas y anillos de boda entrelazados que simbolizan el sacramento del matrimonio se ven en un vitral de la Iglesia Sts. Cyril & Methodius en Deer Park, N.Y. (Foto de OSV News/Archivo CNS, Gregory A. Shemitz)

Los retiros ayudan a hombres y mujeres a “descubrir y transformar, en la medida de su vocación al servicio de Dios, su dimensión espiritual como individuos y como pareja”, según el sitio web de la Arquidiócesis de Newark.

“El Movimiento Convivencia Matrimonial Juan XXIII promueve la urgencia de superar los problemas de convivencia de las parejas; por nosotros, por nuestros hijos, por nuestras familias, por nuestra sociedad, por Dios, y con Dios”, dice el sitio web.
Ruth Herrera, quien dirige los retiros con su esposo César, dijo: “Uno trabaja en su relación con Dios, luego unidos como pareja traen el amor del Señor a su matrimonio”.

Unas 54 parejas de la Arquidiócesis de Newark asisten a los retiros cada año, dijo Herrera.

La felicidad conyugal no depende sólo de la fuerza de los sentimientos, sino también de cómo afronta la pareja desafíos para amarse en el mundo de hoy. Hay amenazas provenientes del “hedonismo” promovido por los medios de comunicación e Internet, los cambios culturales y ambientales para las parejas que han emigrado a los EE.UU., y la separación a veces forzada de parejas y familias debido a las leyes de migración e inmigración, según el sitio web.

Yamilka Genao, directora Asociada del Ministerio de Vida Familiar Hispana de la Arquidiócesis de Newark, Nueva Jersey, dijo que los retiros ofrecen una experiencia positiva y personal para parejas casadas con énfasis en aprender técnicas de comunicación amorosa que pueden usar por el resto de sus vidas.

“Es una oportunidad para mirar profundamente tu relación acompañado de Dios”, dijo Genao a Jersey Catholic, el medio de noticias de la Arquidiócesis de Newark. “Es un tiempo para compartir sus sentimientos, esperanzas y sueños entre sí y para que las parejas pasen tiempo juntas, lejos de las distracciones y el estrés de la vida cotidiana. Las parejas son testigos de una restauración, paz y gozo en su matrimonio.”

Ana y Jaime Bustos, feligreses de la Parroquia de la Divina Misericordia en Rahway, Nueva Jersey, llevaban casados 29 años cuando comenzaron a tener dificultades en su relación. Amigos del Movimiento Juan XXIII les sugirieron asistir a los retiros en 2019. Al principio, Ana dudaba porque sentía que ya estaban activos en la Iglesia y tenían fe fuerte y firme. Pero también se dio cuenta de que su matrimonio estaba en crisis y que necesitaba sanación.

Cuando Ana asistió sola al retiro y pasó tiempo con el Santísimo Sacramento, dijo que Dios le mostró que en realidad no había “perdonado” y que simplemente había dejado de lado el dolor. “Fue una profunda conversión de mi corazón”, dijo.
Jaime dijo que era importante que primero arreglaran su relación con Dios antes de intentar trabajar sobre su matrimonio.

Ana y Jaime se conocieron y se casaron en Ecuador. Jaime se mudó primero a los Estados Unidos; Ana le siguió con su primer hijo tiempo después.

Ana dijo que las parejas jóvenes se casan pensando que encontraron el “amor verdadero” y que la magia durará para siempre. “En ese momento se trata de la gran boda, el vestido. Incluso si se casan por la Iglesia, no se trata de Dios y que están recibiendo un Sacramento”, dijo a Jersey Catholic.

Y cuando se mudan a EE.UU., muchas personas tienen expectativas equivocadas, dijo Jaime. “Se nos dice que la forma de ser feliz es tener cosas. Estamos tratando de construir el sueño americano, (pero para ello) tenemos que laborar en dos trabajos. El sueño americano se construye sobre cosas falsas”, dijo Jaime. “En cambio, tenemos que concentrarnos en nuestro compromiso con la vocación del matrimonio. Es un sacramento destinado a durar toda la vida”.

Ana dijo que tuvieron que sanar “muchas cosas de su historia familiar” entre otros temas los celos y la ira que había impregnado en su matrimonio.

Ana dice que, a través del retiro, la pareja descubrió que el matrimonio no se trata solo de “vivir juntos” y que está bien no ser feliz todo el tiempo. Pero lo más importante es que Ana y Jaime aprendieron a comunicarse; y, que “sin Dios y sin Jesús no podemos hacer nada”.

Aunque las parejas y los líderes hablan de temas como la sexualidad, los niños y el Sacramento del Matrimonio, Herrera dijo que el retiro de parejas está enfocado en el diálogo en el matrimonio. “La comunicación es en gran parte el tema del fin de semana. No son solo los problemas los que están afectando el matrimonio, es cómo se comunica la pareja sobre esos problemas”, dijo Herrera.

El tema de este año de la Semana Nacional del Matrimonio fue “Matrimonio… una sola carne, dada y recibida”. Se destaca la unión en una sola carne de marido y mujer bendecida por Dios. También indica el don de entrega personal de cada cónyuge, uno al otro. Estos conceptos apuntan a Cristo, que se da a sí mismo bajo la apariencia de pan y vino — como carne y sangre reales.

El director del Ministerio de Vida Familiar, Brian Caldwell, dijo que la semana ofrece la oportunidad de concentrarse en construir una cultura de vida y amor que comienza por apoyar y promover el matrimonio y la familia.

El movimiento realizó una cena con baile en Belleville en febrero para unas 120 parejas, la mayoría de las cuales habían experimentado la Convivencia Matrimonial Juan XXIII. La velada celebró su cultura, su familia, su relación con Dios y el Sacramento del Matrimonio.

El Centro de Investigación Aplicada en el Apostolado (CARA, por sus siglas en inglés) informa que las bodas por la Iglesia en general han disminuido. Y Caldwell dice que esos números reflejan la asistencia a la iglesia y la participación en general.

“Vivimos en una sociedad más secularizada que en generaciones anteriores y eso ciertamente tiene un impacto en las personas que se acercan a su Iglesia para recibir los sacramentos”, dijo Caldwell.

Los datos, sin embargo, revelaron que más católicos en comparación con la población general se están casando, al menos por lo civil. En una encuesta del 2015 sobre el matrimonio y la familia, realizada por Pew Research Center, el 51% de los católicos informaron que estaban casados, en comparación con el 47% de la población general.

Y según Caldwell, la Arquidiócesis de Newark no ha visto una disminución en el número de matrimonios dentro de la Iglesia desde 2020 incluso durante la pandemia.
Jaime ahora es candidato para el diaconado permanente después de que dijo que Dios lo llamó. “En el amor de Dios, nuestro amor se convirtió en servicio a la Iglesia”.

NOTES: Para más información sobre el Movimiento Juan XXIII, por favor visite: www.juanxxiii.org.

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Author: Catholic News Service

Catholic News Service is the U.S. Conference of Catholic Bishops’ news and information service.

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