Esposas de soldados piden al papa que ayude a salvar vida de sus maridos

Por Cindy Wooden | Catholic News Service

CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — La joven esposa del comandante del batallón ucraniano que aún se encuentra refugiado en una planta siderúrgica en Mariupol dijo que tuvo un encuentro “conmovedor” con el papa Francisco.

Kateryna Prokopenko, esposa del comandante del Regimiento de Azov Denys Prokopenko, y Yulya Fedosiuk, esposa del soldado de Azov Arseniy Fedosiuk, ambas de 20 años de edad, se reunieron con el papa Francisco el 11 de mayo al final de su audiencia general semanal.

Las mujeres están en contacto casi constante con las esposas de unos 500 de los aproximadamente 2,000 soldados que se cree que todavía están dentro de la planta siderúrgica sitiada de Azovstal en Mariupol.

“Esperamos que esta reunión nos dé la oportunidad de salvar sus vidas, de hecho”, dijo Prokopenko a los periodistas en inglés después de reunirse con el papa. “Nuestros soldados están listos para ser evacuados a un tercer país”.

Yulya Fedosiuk, esposa del soldado Azov Arseniy Fedosiuk, Y Kateryna Prokopenko, esposa del comandante del regimiento de Azov Denys Prokopenko, habla con periodistas fuera de la Plaza de San Pedro el 11 de mayo de 2022, después de reunirse con el Papa Francisco y pedir su apoyo para un esfuerzo internacional para evacuar a sus maridos y otros soldados de la asediada planta de acero de Azovstal en Mariupol, Ucrania. (Foto CNS/Cindy Wooden)

El grupo de esposas incluye a viudas que están esperando los cadáveres de sus maridos y están suplicando ayuda internacional para poder dar cristiana sepultura a sus maridos, dijo Fedosiuk.

Ella dijo que le dijeron al papa que aproximadamente 700 soldados dentro de la acería están heridos; “tienen gangrena, amputaciones; su carne se está pudriendo”.

Mientras las mujeres hablaban con el papa, dijeron, “nos tomó de la mano”.

“Nos dijo que está orando por nosotros y que está haciendo todo lo posible” para impulsar la evacuación completa de la planta, dijo Fedosiuk. Denys Prokopenko había anunciado el 8 de mayo que todos los civiles que se habían refugiado en Azovstal habían sido evacuados, pero luego surgieron informes de que algunos civiles aún estaban dentro de los kilómetros de túneles debajo de las plantas.

“Le pedimos que viniera a Ucrania”, dijo Fedosiuk, y le pidieron “que hablara con (el presidente ruso Vladimir) Putin para decirle que los dejara ir”.

Prokopenko dijo que habló con su esposo la noche antes de reunirse con el papa. “Me dijo que me ama, y ??yo respondí que yo también lo amo, y le dije: ‘Solo sé qué haremos cualquier cosa para salvarte'”.

“Haremos cualquier cosa para salvarlos a todos en la planta de Azovstal”, dijo.

Los alimentos, el agua y los suministros médicos dentro de la planta son escasos, dijo, y una bomba rusa destruyó la clínica médica, matando a muchos soldados y acelerando la muerte de otros.

Fedosiuk dijo a los periodistas: “Mi esposo me escribió hace dos días y me pidió que buscara un artículo sobre cómo vivir sin agua el mayor tiempo posible”.

Una evacuación a un tercer país es esencial, dijo Prokopenko. Ninguno de los soldados se rendirá a las tropas rusas y se enfrentará a la posibilidad de que le disparen, le torturen o le lleven a “un campo de concentración en Rusia”.

Lo que se necesita, dijo, es “una fuerte coalición diplomática que presione a Putin para que los deje ir” a un tercer país.

Dijeron que seguirán a sus maridos a un tercer país, si es posible, “y luego esperamos ir a Kiev, por supuesto, porque es nuestro país”, dijo Prokopenko. “No queremos ser refugiados, solo queremos vivir en nuestro país, construir nuestro país”.

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Author: Catholic News Service

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