In medio de los ajetreados preparativos navideños, Jacob y Marybelle Neary estaban disfrutando de un momento de tranquilidad en casa cuando sonó el teléfono. Era su único hijo, el Padre de la Santa Cruz Patrick Neary, con una noticia inesperada. Acababa de ser nombrado obispo de la Diócesis de St. Cloud, Minnesota.
“Estábamos muy emocionados y queríamos llamar a todos”, dijo Jacob. El nombramiento fue anunciado a las 5 a.m. hora de Minnesota el 15 de Diciembre por el Nuncio Apostólico en Washington D.C.
Durante su conversación, Jacob dijo que le aseguró a su hijo que él ya se había estado preparando para esto desde que entregó su vida a Dios y se unió a la orden de La Santa Cruz.
“Sé que su formación a través de Holy Cross, (La Santa Cruz), le ha proporcionado la experiencia para ser un líder superior en la enseñanza de la fe católica como apóstol”, dijo su papá.
Durante una conferencia de prensa el 15 de Diciembre en el Centro Pastoral de la Diócesis de St. Cloud, el Padre Neary dijo que estaba sorprendido por el nombramiento.
“Nunca esperé esta invitación, este llamado del Santo Padre, de la Iglesia; y dije que sí, simplemente confiando en el Señor”, dijo.
Cuando la hermana menor del padre Neary, Kathy Neary, recibió la llamada de sus padres, dijo que no la sorprendió saber que su hermano mayor había sido nombrado obispo.
“Supe que era un gran honor, pero también sabía que él es capaz de hacer cualquier cosa que se proponga, especialmente al servicio de los demás”, dijo Kathy. “Él es un líder servidor y nunca olvidará por qué está allí y el gran poder que ayuda a guiar sus acciones”.
Puede que sea parcial, pero Jacob dijo que no conoce a nadie que pueda hacer mejor el trabajo.
“No hay duda de que va a ser un desafío, pero lo aceptará sin problemas”, dijo.
Ed Langlois, miembro de la parroquia Holy Redeemer en Portland, Oregón, donde el
Padre Neary ha sido párroco desde 2018, lo conoce desde finales de la década de 1980 cuando ambos estudiaban teología en Notre Dame.
“Me sorprendió el nombramiento solo porque sé que el padre Pat nunca aspiró ni persiguió tal liderazgo”, dijo. “Pero después de solo unos minutos, tuvo sentido. Su buen sentido y amable liderazgo en la Congregación de La Santa Cruz se habían hecho notar. Si la Iglesia está convirtiendo en obispos a personas como el padre Pat, soy muy optimista sobre nuestro futuro”.
Jacob, miembro de la parroquia de St. Joseph en La Porte, Indiana, dijo que, desde el anuncio él y su esposa han estado recibiendo mensajes de felicitaciones de personas que conocen, e incluso de personas que no conocen.
“Cuando fuimos a la iglesia el Domingo, una mujer se acercó y nos da su bendición y sus deseos para el éxito de Pat, y ninguno de nosotros sabíamos quién era. Ella nos conocía, pero nosotros no la conocíamos a ella”, dijo. “Ha sido algo así fuera de la rutina”.
Al crecer, el padre Neary siempre fue un líder, recordó su padre.
Una vez organizó un grupo de niños para proteger su calle, patrullando el vecindario con bicicletas y carritos abiertos para jalar.
“Se hacían llamar Policía de la Calle 8, creo que inventaron insignias y todo”, dijo Jacob.
Cuando era adolescente, el padre Neary repartía lo que ahora es el periódico, The La Porte County Herald-Dispatch y regularmente ayudaba a los clientes de edad avanzada en su ruta.
“Él no venía a casa a cenar, y sabíamos dónde estaba”, dijo Jacob. Estaría visitando a una de las parejas de la tercera edad en su ruta. Y eso fue lo que hizo. Él siempre fue así”.
“Para mí fue un mentor”, dijo Kathy. Él me ayudó a aprender la ruta del periódico y finalmente me pude hacer cargo de la ruta. “Protegió y cuidó de todas nosotras, sus hermanas”, dijo. “Hasta el día de hoy, siempre tiene tiempo para discusiones, visitas y consejos”.
Cuando el padre Neary cuenta la historia de su vocación, da crédito a la fe y el ejemplo de sus padres. Él y sus cinco hermanas crecieron sabiendo que la fe y la familia eran importantes. “Nuestros padres nos criaron para cuidarnos unos a otros y nos enseñaron que la familia lo es todo”, dijo Kathy.
La vida familiar se centró en la parroquia: Jacob era lector y miembro del consejo parroquial, Marybelle estaba en el coro y en la Mesa Directiva de la escuela St. Joseph, a la que asistían los seis niños.
“Siempre estuvimos involucrados en la Iglesia. Todavía lo estamos hoy”, dijo Jacob.
Aunque la idea de una vocación al sacerdocio no se le ocurrió hasta que estaba en el tercer año de la escuela secundaria. El padre Neary dijo que la semilla se plantó mucho antes. Antes de ser ordenado sacerdote, escribió en un ensayo para un periódico que, mirando hacia atrás, podía ver cuán duro trabajaron sus padres para plantar las “semillas de la fe”.
Uno de los muchos dones que el Padre Neary trae a su nuevo ministerio es el talento para escuchar.
“Le gusta escuchar a la gente”, dijo Jacob. “Le gusta escucharlos, no solo mirarlos. Él quiere escucharlos. Y eso es importante que la gente lo sepa, que cuando hablas, él te escucha”.
El padre de Holy Cross, William Lies, dijo que el padre Neary a menudo se toma mucho tiempo en sus visitas pastorales o en su oficina, haciendo que las personas se sientan cómodas.
El Padre Lies, nativo de Little Falls que actualmente se desempeña como superior provincial de la Provincia de Sacerdotes y Hermanos de La Santa Cruz de los Estados Unidos, conoció al Padre Neary en 1987 en el programa de formación de La Santa Cruz y se han convertido en buenos amigos.
“El Padre Pat ha sido honrado con muchos dones que lo convertirán en una buena opción para la Diócesis de St. Cloud y una bendición para la gente, los sacerdotes y diáconos allí”, dijo el Padre Lies.
“Es un gran pastor. Su sabiduría e ingenio y su gentil sensibilidad pastoral le servirán bien en este nuevo rol”.
El padre Neary también habla Español con fluidez, ya que estudió en Chile durante su formación, dijo el padre Lies. “Cuando llegó por primera vez a su parroquia actual, Holy Redeemer en Portland, Oregón, el hospital local descubrió que hablaba Español y regularmente lo llamaban para que fuera traductor para familias que hablaban Español, con seres queridos hospitalizados”, dijo el padre Lies. “El padre Pat pasó incontables horas discutiendo con las familias las opciones de tratamiento y discutiendo con ellos sus temores.
“La gente de la diócesis no tardará mucho en apreciarlo, su gracia pastoral, su humor, su humildad y humanidad”.