Se conmemoran 30 años de relaciones diplomáticas entre México, Vaticano

Por David Agren | Catholic News Service

CIUDAD DE MÉXICO (CNS) — En una conferencia con el secretario de Relaciones Exteriores de México, el secretario de Estado del Vaticano elogió las relaciones entre la Iglesia y el Estado en México calificándolas como ejemplares, un reconocimiento de cómo ha mejorado la posición de la Iglesia en un país donde los sacerdotes fueron perseguidos anteriormente y los rebeldes católicos se levantaron en armas contra un gobierno anticlerical.

“Actualmente (en México) la Iglesia y el Estado están llamados a ser un ejemplo para otros países, mostrando que es posible superar el extremismo y la polarización, creando cada vez más una cultura de fraternidad, libertad, diálogo y solidaridad”, dijo el cardenal Pietro Parolin el 26 de abril en una conferencia para conmemorar el 30º aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre México y el Vaticano.

“Quizá sea prematuro ofrecer una evaluación”, dijo el cardenal Parolin. “Pero siendo conscientes del largo y complejo camino histórico que se ha completado en México en las relaciones Iglesia-Estado, es importante… mirar al futuro, abriendo nuevos espacios de diálogo y colaboración institucional”.

México y el Vaticano establecieron oficialmente relaciones diplomáticas en 1992, poniendo fin a un periodo en el que la Iglesia católica no tenía estatus legal oficial en el país. La aprobación ese año de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público eliminó medidas anticlericales como las normas que prohibían a los sacerdotes y monjas vestir sus hábitos en público.

El cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, camina con el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador durante una visita privada para ver una réplica de la Capilla Sixtina en el Zócalo de la Ciudad de México el 26 de abril de 2022. (Foto CNS/Henry Romero, Reuters)

Las relaciones llegaron a un punto tan áspero a principios del siglo pasado cuando la Guerra Cristera estalló en el oeste de México entre 1926 y 1929, y las iglesias fueron cerradas.

Los observadores de la Iglesia dicen que las relaciones Iglesia-Estado existían de manera informal antes de 1992, pero eran discretas, hasta el punto de que el entonces presidente José López Portillo recibió a san Juan Pablo II a su llegada en 1979 con un breve saludo: “Lo dejo en manos de la jerarquía y fieles de su Iglesia, y que todo sea para bien de la humanidad”.

Los políticos mexicanos, que en años anteriores evitaban aparecer públicamente con los prelados, han buscado posteriormente al papa para tomarse fotos. Los observadores de la Iglesia dicen que el restablecimiento de las relaciones en 1992 se produjo cuando el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari buscaba legitimidad para un conjunto de reformas estructurales, incluyendo la privatización de cientos de empresas estatales.

El Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard –que perdió el respaldo de los líderes de la Iglesia cuando era alcalde de la Ciudad de México tras promover leyes que despenalizaban el aborto y permitían el matrimonio entre personas del mismo sexo– apareció junto al cardenal Parolin en la conferencia. Muchos creen que Ebrard tiene aspiraciones presidenciales.

“Veo una acción creciente de la Santa Sede y de México en el ámbito internacional, a favor de la paz en el mundo difícil, incierto y conflictivo que nos espera”, dijo Ebrard. El Vaticano y México, añadió, coinciden en “la búsqueda de la paz y en tomar acciones concretas para reducir el tráfico de armas, la producción de armas, la proliferación de armas en el mundo”.
Antes de la conferencia, el cardenal Parolin se reunió con el presidente Andrés Manuel López Obrador en el Palacio Nacional. Más tarde, ambos acudieron juntos a la inauguración de una réplica temporal de la Capilla Sixtina construida en la céntrica plaza del Zócalo.

Ni el cardenal Parolin ni López Obrador comentaron sobre su encuentro. López Obrador, que se identifica como “cristiano”, tuiteó más tarde: “Las relaciones con la Iglesia Católica se traducen en amistad y respeto. …Personalmente considero que el papa Francisco es un líder espiritual y humanista excepcional”.

La alcaldesa de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum –que igualmente se cree que tiene aspiraciones presidenciales– también saludó al cardenal Parolin en el Zócalo. Más tarde tuiteó: “Creo que estamos viviendo un momento especial en las relaciones (entre México y el Vaticano) porque el pensamiento de @Pontifex_es comparte los principios de austeridad, justicia, amor al prójimo y orientación hacia los pobres”, ideas planteadas con frecuencia por López Obrador.

Durante su estadía en México, el cardenal Parolin celebró el 23 de abril la ordenación episcopal del nuevo nuncio apostólico en la República del Congo y Gabón, el arzobispo mexicano Javier Herrera Corona.

El cardenal también celebró Misa en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe el 25 de abril para la inauguración de la reunión bianual de los obispos mexicanos.

El cardenal Parolin advirtió a los obispos mexicanos: “Nos enfrentamos a tiempos difíciles, provocados por diversas ideologías e intereses que parecen querer suplantar los verdaderos valores evangélicos”. Pero les instó a mantener “los ojos abiertos para ver las miserias del mundo, las heridas de tantos hermanos y hermanas privados de dignidad”.

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Author: Catholic News Service

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