Por David Agren | Catholic News Service
CIUDAD DE MÉXICO (CNS) — Los obispos de Chile han instado a los ciudadanos seguir adelante con la redacción de una nueva constitución y llegar a un nuevo pacto social después de que los votantes rechazaran abrumadoramente una constitución propuesta en un plebiscito.
Los obispos también criticaron el documento rechazado, lo que causó inquietud en muchos católicos, quienes lo vieron como excluyente e ideológico y alejado de los ideales y valores tradicionales chilenos y cristianos.
“Había demasiadas cosas en las propuestas completamente ajenas a nuestra idiosincrasia”, expresó el obispo Juan Ignacio González Errázuriz de San Bernardo al diario El Mercurio en comentarios compartidos por la conferencia episcopal chilena. “Muchos, creo, sintieron un desprecio por nuestra historia y sus tradiciones. La idea de empezar de nuevo es una utopía, que chocó abruptamente con el sentido común del chileno promedio”.
Casi el 62 por ciento de los chilenos votaron en contra de la constitución propuesta, que contenía 388 artículos. Los críticos lo tildaron de “utópico” por promover conceptos como los derechos de la naturaleza y el acceso garantizado a alimentos saludables; algunos católicos estaban preocupados por sus posiciones sobre la libertad religiosa, la libertad de género, y la despenalización del aborto.
Varios obispos emitieron declaraciones, instando a los chilenos encontrar un terreno común en temas como los derechos indígenas, el medio ambiente, y un papel más importante del estado para garantizar un acceso más equitativo a la salud y la educación.
“La democracia, como acto de libertad responsable, ha ganado. Pero nadie puede estar especialmente satisfecho”, señaló el obispo Isauro Covili Linfati de Iquique en un comunicado el 4 de septiembre.
“El rechazo expresado por los electores no significa quedarse con el texto constitucional vigente, sino el deseo de redactar un nuevo y mejor documento que traiga unidad y una visión de país compartida por una gran mayoría”, acotó. “Confío en que el presidente Gabriel Boric tendrá la visión suficiente para comprender y abordar los desafíos en este asunto”.
Boric, un exlíder estudiantil de tendencia izquierdista, respaldó la constitución presentada a los votantes, pero reconoció rápidamente los resultados. Prometió continuar con el proceso de sustitución de la Constitución de Chile, que se remonta a la dictadura militar de Augusto Pinochet.
El documento rechazado fue escrito por una Convención Constitucional elegida, en la que dominaron los miembros de izquierda. Su texto progresista, descrito por sus defensores como feminista y ecológico, no logró obtener un amplio apoyo de los centristas y conservadores.
También dividió a la iglesia, ya que congregaciones de monjas expresaron tanto apoyo como desaprobación por los documentos.
Los obispos de Chile, cuyo mal manejo de los delitos de abuso sexual por parte del clero ha dañado gravemente la percepción pública de la iglesia, no dijeron a la gente cómo votar, pero expresaron sus dudas.
“Una minoría trató de imponer su visión y sus deseos”, indicó el obispo Covili. “Estaba destinado a no ser aceptado por la mayoría, especialmente por haber introducido el aborto y la eutanasia, entre otros temas”.
Los analistas describen la insatisfacción general con el proceso de redacción de la nueva constitución, que se volvió estridente e involucró momentos embarazosos. Un participante que abogó por temas de salud renunció a la Convención Constitucional por haber fingido un diagnóstico de cáncer.
Chile también sufrió problemas económicos en 2022, incluido el aumento de la inflación, mientras que la violencia en las regiones indígenas del sur de Chile ha estallado.