En su reflexión dominical del Ángelus del 30 de Junio del 2019, el Papa Francisco compartió lo que ha sido un tema característico de su enseñanza: “La Iglesia, por su propia naturaleza, está en movimiento; ella no permanece sedentaria y tranquila dentro de su recinto. … La Iglesia es enviada … para llevar el Evangelio por las calles y llegar a las periferias humanas y existenciales”.
Nuestras lecturas de Pascua nos recordaron cómo los seguidores de Jesús salieron a compartir la Buena Nueva, invitando a todos los que encontraban en el camino a encontrarse con él. Su trabajo no se quedó en lugares seguros y tranquilos. Pusieron su confianza, ya menudo su destino, en manos de extraños mientras daban testimonio de la obra de Dios en el Cristo resucitado. Conocemos solo una pequeña fracción de lo que experimentaron estos primeros discípulos, tanto los éxitos como los desafíos. Son santos, mártires y pioneros.
Ellos ejemplifican para nosotros la Iglesia en movimiento. En este sínodo también nosotros estamos llamados a ser la Iglesia en movimiento, escuchando la voz del Espíritu Santo en nuestro encuentro mutuo. Es el Espíritu que unió a aquellos primeros discípulos, y también el que está activo en este Sínodo para traer una renovada comunión, participación y misión. Éste es un tiempo de acción y compromiso, de dar testimonio de lo que hemos visto y oído en nuestras propias vidas a través del acto sagrado de escuchar. Comenzamos estos esfuerzos localmente en Octubre pasado en el Día del Ministerio Diocesano, donde tuvo lugar la primera de muchas oportunidades para escuchar.
A lo largo de nuestra escucha diocesana, las personas han compartido sus sueños, esperanzas y visiones para la Iglesia. Han reflexionado sobre la invitación del Papa Francisco a compartir formas en que la Iglesia puede inspirar confianza, curar heridas, construir relaciones y aprender unos de otros. Muchas personas han encontrado nuevo valor y propósito al abrir sus oídos y corazones a los demás. Hemos escuchado de personas que están fuertemente conectadas con la Iglesia, así como de aquellas que están distanciadas de las comunidades de fe. Como los primeros seguidores de Jesús, estamos obligados a seguir adelante y a continuar lo iniciado en este camino sinodal. Muchos han participado, pero la invitación pide que más participen. La Iglesia les pide que compartan su voz a través de las oportunidades de escucha que se ofrecen.
La página web del Sínodo 2021-2023 de la diócesis (www.stcdio.org/synod-2021-2023) incluye diferentes formas de participación Pueden obtener más información sobre el Sínodo, ver lo que otros han compartido y, cuando estén listos, participar en una consulta, es decir, contestando las preguntas.
La forma más sencilla de ofrecer su voz es con la “consulta autoguiada”, una opción en línea que solicita sus reflexiones en respuesta a las palabras del Papa Francisco sobre el propósito del sínodo. Incluso si ya ha asistido a una oportunidad de escuchar en grupo o se ha reunido con un oyente uno a uno, está invitado a ofrecer más. Para su comodidad, puede acceder a la consulta autoguiada para personas con el código QR con este artículo o desde la página web del sínodo.
El Papa Francisco nos ha llamado a todos a extender nuestra escucha a aquellos que no están conectados con una comunidad de fe. Esto incluye a aquellos que tienen relaciones tensas con la Iglesia, aquellos que han dejado de practicar la fe o se han ido por completo. Incluye especialmente a aquellos en las periferias, aquellos que a menudo son excluidos, olvidados, marginados o sufren discriminación.
El proceso sinodal nos pide a todos que seamos las manos y los pies de Cristo en este camino hacia la renovación y la unidad de la familia humana. Si conoce a personas que están en la periferia, invítelas a unirse a una oportunidad de escucha sinodal. Hágales saber que la Iglesia necesita su voz. La consulta en línea autoguiada es un excelente lugar para comenzar.
Que podamos continuar nuestra celebración de Pascua siendo una Iglesia de movimiento en el área de Minnesota Central.
David Fremo es director de la oficina de Ministerios de Educación Católica y coordinador del proceso de consulta del sínodo local en la Diócesis de St. Cloud.