Informe Especial: Un mensaje del director de planificación pastoral

“El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia.”

Juan 10:10

Todos estamos familiarizados con la palabra “declive”.

Brenda Kresky es la directora de planificación pastoral de la Diócesis de St. Cloud.

En la iglesia, hemos experimentado una disminución en la cantidad de sacerdotes disponibles, una disminución en la población católica, una disminución en la cantidad de personas que asisten a la Misa, una disminución en la disponibilidad de voluntarios. Si bien todo esto es cierto, estas estadísticas pueden darnos la impresión de que deberíamos aceptar estas pérdidas, que está bien estar sin, (puede poner aquí lo que no tenemos). 

La verdad es que tenemos los medios y recursos, si, hemos tenido que ser creativos para atender las necesidades pastorales y espirituales de la gente de nuestra diócesis y seguimos adelante.

En 2017, la Diócesis de St. Cloud comenzó un proceso de planificación sabiendo que necesitábamos cambiar algunas de las estructuras de nuestras iglesias porque no podríamos seguir cumpliendo con las asignaciones de sacerdotes por parroquias. La cantidad de sacerdotes jubilándose, creció entre 2019-2023. A través de reconocer esta realidad nació el modelo de Comunidades Católicas de Área, (ACC por sus siglas en inglés). Este modelo tenía y tiene la intención de crear un modelo de colaboración intencional a través de los límites parroquiales: una mentalidad de abundancia en lugar de escasez.

La unión de recursos y esfuerzos con nuestras parroquias vecinas brinda oportunidades a todos cuando hay recursos limitados. Creo que podemos ser mejores juntos.

La visión de las Comunidades Católicas del Área es la siguiente: cada parroquia de la Diócesis de St. Cloud será parte de una Comunidad Católica del Área, que constará de dos o más parroquias en un área determinada. Todas las comunidades católicas del área colaborarán para satisfacer las necesidades pastorales y espirituales de todos. A medida que las comunidades católicas del área comparten recursos, talentos y esfuerzos, esperamos revitalizar a los católicos para que todas las parroquias prosperen en la Diócesis de St. Cloud.

En marzo del 2020, el entonces obispo Donald Kettler solicitó dos requisitos a cada ACC: uno, que se formara un consejo pastoral conjunto y dos, que se publicara un boletín conjunto por cada ACC. Estos dos pasos fueron diseñados para construir unidad, facilitar la comunicación e iniciar una colaboración intencional entre las parroquias que son parte de la ACC. 

Cuando he ido a las juntas de las ACC para compartir las estadísticas y defender este cambio, comparto el mantra “colaboración, no competencia”. Porque he escuchado afirmaciones como: “Esa iglesia tiene la mejor hora de Misa, por lo que nuestros números no son tan buenos” o “Esa familia viene a Misa a nuestra parroquia todo el tiempo. Deberían transferir la membresía a nuestra parroquia”. Me pregunto, ¿estamos compitiendo entre nosotros por las mismas personas?, ¿Por qué estamos haciendo eso?, ¿Nuestra misión es robar de una iglesia vecina para tener números más altos de participantes en nuestra parroquia?, ¿Dónde está el bien común para todos?, ¿Cómo estamos brindando experiencias llenas de fe de calidad para nuestros jóvenes y adultos jóvenes?, ¿Cómo estamos proveyendo para aquellos que quieren entrar en la fe católica?, ¿Están nuestras liturgias tan llenas del Espíritu que todos salen por las puertas de la Iglesia en llamas con su fe que no pueden esperar para compartir las Buenas Nuevas de Jesucristo con la próxima persona que vean?, ¿Nuestra hambre de cuidar a los más pequeños entre nosotros proviene de que nos alimentamos en la mesa del Señor? 

Cuatro años después de este modelo de ACC, hemos aprendido muchas cosas. La creatividad, las nuevas ideas y los enfoques innovadores han aportado nueva energía y entusiasmo al proceso. Ser capaz de pensar fuera de la caja y ver más allá de los límites de la parroquia ha dado lugar a algunas oportunidades que de otro modo no habrían ocurrido. Se han formado nuevas relaciones y hay intencionalidad en nuestra visión con metas y pasos de acción. Sí, hay desafíos. Como Consejo de Planificación Diocesano, estamos comenzando a observar los desafíos actuales en nuestras ACC y a desarrollar estrategias para continuar el proceso, siempre con las preguntas: “¿Cuáles son los próximos pasos para las ACC?”, “¿Qué nos pide Dios en este momento y en este espacio?”

El Espíritu Santo continúa moviéndose y sacudiéndonos, haciéndonos discernir respuestas a preguntas difíciles. ¿Quiénes somos en el mundo?, y ¿cómo debemos ser agentes de cambio?, nunca nada es estático. Cuando estamos abiertos a la asombrosa creatividad del Espíritu, suceden cosas que nunca hubiéramos imaginado por nosotros mismos.

Cuando miro hacia atrás en los últimos cuatro años, veo crecimiento. Tal vez ese crecimiento no esté en los números, sino en los esfuerzos de colaboración, en las relaciones y actividades que se han construido a través de los límites parroquiales en servicio mutuo para construir el Reino de Dios. ¿Por qué las ACC?, ¿Por qué colaboración?, me pregunto. Para que todos tengan vida y la tengan en abundancia.

Author: The Central Minnesota Catholic

The Central Minnesota Catholic is the magazine for the Diocese of St. Cloud.

Leave a Reply

*