Por Cindy Wooden | Catholic News Service
CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — Si el objetivo del derecho canónico de la Iglesia católica es realmente promover la salvación de las personas, como afirma la propia ley, entonces su aplicación debe ser principalmente pastoral y dirigida a promover la evangelización, dijo el Papa Francisco.
“Su trabajo se ocupa de normas, procesos y sanciones”, pero dado que las personas y su salvación son los “sujetos y objetos” de la ley de la Iglesia, sus derechos y necesidades concretas deben estar “en el centro de su trabajo”, dijo el Papa a los participantes en un curso patrocinado por la Rota Romana, un tribunal vaticano que se ocupa principalmente de casos matrimoniales.
El curso del 14 al 18 de febrero se centró en el “ministerio de la justicia en la acción sinodal de la Iglesia”. Entre los participantes había abogados canonistas, estudiantes de derecho canónico, párrocos y miembros de oficinas parroquiales y diocesanas para la familia.
“Estamos acostumbrados a pensar que el derecho canónico y la misión de difundir la Buena Nueva de Cristo son dos realidades separadas”, dijo el Papa. Pero existe un vínculo intrínseco. “Se podría decir, esquemáticamente: no hay ley sin evangelización, ni evangelización sin ley”.
Pero los abogados canónicos no pueden ser “secretarios de estado” que cumplen las normas, dijo el Papa. Por el contrario, deben promover y proteger el derecho primario de los fieles, que es ser evangelizados y conducidos al encuentro con Cristo.
El objetivo de un abogado canónico no puede ser “buscar soluciones convenientes a los problemas legales o intentar ciertos actos de equilibrio”, que podrían dar lugar a “rígidos marcos formalistas y burocráticos que descuidan los verdaderos derechos”, dijo el Papa.
“No hay que olvidar el principio más importante, el de la evangelización”, dijo el Papa. Y puesto que “la realidad es superior a cualquier idea”, la aplicación de la ley se basa en la virtud de la “prudencia jurídica que discierne lo que es verdaderamente justo” para el individuo implicado y para la propia comunidad eclesial.
Los abogados canónicos y los que participan en la preparación al matrimonio y en la pastoral familiar deben cooperar por el bien de las personas implicadas, dijo el Papa. Lo hacen trabajando para asegurar que un matrimonio que se está planificando será válido y acompañando a las parejas en situaciones de crisis, “incluso dirigiéndolas a los tribunales eclesiásticos cuando es plausible que exista una causa de nulidad.”
Quienes trabajan para el tribunal diocesano o regional “no pueden olvidar nunca que están tratando asuntos que tienen una fuerte relevancia pastoral, por lo que las exigencias de verdad, accesibilidad y prudente rapidez deben guiar siempre su trabajo”, dijo el Papa.