“Y creo Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó”. (Génesis 1:27).
“‘En verdad les digo: siempre que no lo hicieron con alguno de estos más pequeños, ustedes dejaron de hacérmelo a mí’” (Mateo 25:45).
“Este es el mandamiento que tenemos de El: el que ama a Dios, que ame también a su hermano” (1 Juan 4:21).
Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
Comenzando con el primer libro de la Biblia y a lo largo de los Evangelios y las epístolas del Nuevo Testamento, Dios nos llama a amar a los pobres y cuidar a nuestro prójimo. Estos mandatos están en el corazón de lo que llamamos “La enseñanza social católica” y es una parte fundamental de nuestra fe.
Esta edición The Central Minnesota Catholic, presenta el último de siete artículos mensuales que destacan los siete principios de la enseñanza social católica. Espero que los hayan leído todos y hayan tenido la oportunidad de utilizar las preguntas de reflexión y los recursos que acompañan a cada artículo.
Estos principios de La enseñanza social católica nos llaman a:
- RESPETAR LA VIDA Y PROTEGER LA DIGNIDAD HUMANA DE TODOS. Cada persona es amada por Dios, que la creó a su imagen. Debemos esforzarnos por amar a los demás como Dios nos ama. Esta es la raíz de la que surgen los otros principios.
- FOMENTAR LA VIDA FAMILIAR Y LA PARTICIPACIÓN COMUNITARIA. Los matrimonios y las familias sólidas contribuyen a crear sociedades sólidas en las que todos los miembros pueden trabajar por el bienestar de todos.
- PROTEGER LOS DERECHOS HUMANOS Y CUMPLIR CON NUESTRAS RESPONSABILIDADES. La dignidad humana está protegida cuando protegemos el derecho a la vida y otras necesidades humanas básicas, como la alimentación, la vivienda y la atención médica.
- PRIORIZAR LAS NECESIDADES DE LOS POBRES Y VULNERABLES. Como nos recuerda la cita anterior de Mateo 25, Jesús quiere que prestemos atención especial a los pobres. La forma en que tratamos a los pobres es un reflejo de nuestro amor por Cristo mismo.
- RESPETAR EL DERECHO DE TODO SER HUMANO A UN TRABAJO DIGNO Y LOS DERECHOS DE LOS TRABAJADORES. El trabajo es una forma importante de participar en la vida de la comunidad, construir la sociedad y lograr la realización personal
- FOMENTAR LA SOLIDARIDAD CON NUESTROS VECINOS. En un sentido importante, todos son nuestros vecinos, ya sea que vivan cerca o lejos, incluso en el otro lado del mundo. Somos una familia humana que debería trabajar por la paz y la justicia para todos sus miembros.
- CUIDAR LA CREACIÓN DE DIOS. Dios creó el universo y todo lo que contiene. Debemos cuidar su creación a través de una buena administración de nuestro entorno natural.
Estas Enseñanzas sociales católicas están arraigadas en las Escrituras y fluyen de la Eucaristía, que nos acerca a Cristo y a los demás: nuestros compañeros de adoración, la gente de nuestros pueblos y ciudades, y nuestros hermanos y hermanas de todo el mundo. Como escribió una vez San Juan Pablo II: “Si nuestro culto eucarístico es auténtico, debe hacernos crecer en la conciencia de la dignidad de cada persona”.
La enseñanza social católica nos brinda un marco dentro del cual abordar y responder a algunos de los problemas más serios que enfrentamos hoy como sociedad: el racismo, el aborto, la pobreza, la inmigración, la pena capital, el cambio climático y el coronavirus. Como católicos, nuestra responsabilidad es aprender estas Enseñanzas sociales y discernir lo que nos está llamado a hacer. Debemos enraizarnos en la base sólida que brindan, ver nuestro mundo a través de los ojos de la fe y resistir las tentaciones de ver los problemas a través de lentes partidistas o ideologías seculares que con frecuencia no se alinean con lo que enseña nuestra fe.
Esto no es fácil de ninguna manera. Nos exige mucho. Nos saca de nuestras zonas de comodidad. En ocasiones, nos desafía a reevaluar ideas arraigadas. Pero este es el costo del discipulado misionero. Oremos los unos por los otros, para que estemos a la altura del desafío que tenemos ante nosotros.
Sinceramente suyo en Cristo,
+ Obispo Kettler es el noveno obispo de la Diócesis de St. Cloud, Minnesota.