Obispo Kettler: Viviendo el Evangelio de la vida

Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Por Obispo Kettler

El primer Domingo de Cuaresma escucharemos la lectura del Evangelio de Jesús yendo al desierto, donde permanece 40 días y es tentado por Satanás. En medio de este desafío, los ángeles vienen a ministrarle (Marcos 1: 12-13). En ocasiones, el año pasado, también hemos caminado por el desierto, separados de miembros de nuestra familia, parroquia y comunidad debido a la pandemia de COVID-19. El virus ha afectado gravemente la salud de las personas, nuestra economía, e incluso la forma en que podemos practicar nuestra fe. Pero los ángeles también han estado allí. Estoy agradecido por el servicio dedicado de nuestros pastores, personal parroquial y diocesano y voluntarios que continúan haciendo el trabajo de Cristo y satisfaciendo nuestras necesidades espirituales en estos tiempos difíciles.

También hemos aprendido algunas lecciones en el camino, algunos ejemplos son, cómo utilizar mejor la tecnología al servicio de la Iglesia. Pero si bien Zoom, YouTube y Facebook Live son herramientas maravillosas, éstas no reemplazan la necesidad humana muy real de un ministerio, servicio y actividades sociales en persona. Transmitir en vivo la celebración de la Eucaristía nos ha ayudado a mantenernos conectados con nuestra fe y entre nosotros durante la pandemia. Pero no reemplaza realmente estar presentes, y juntos como Pueblo de Dios para el sacrificio de la Misa. Espero que esta pandemia haya fomentado en nosotros un aprecio aún más profundo por la presencia de Cristo en su Cuerpo y Sangre y por su presencia en el Cuerpo de Cristo con quien adoramos.

La Liturgia de la Eucaristía comienza con la preparación de las ofrendas en el altar. Estos dones, pan y vino ofrecidos por manos humanas, se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Nos acercamos juntos para recibir este don, la Eucaristía, que nos acerca a Jesús y transforma nuestro corazón, para que, a través de Él, podamos convertirnos en “pan para las hambres corporales y espirituales del mundo” (Catecismo Católico de los Estados Unidos para Adultos).

El tema de la Ofrenda Anual del Obispo de este año se llama “Obsequios ofrecidos por manos humanas”. ¿Por qué? Porque es su generosidad, sus manos, lo que hace posible el trabajo de nuestros ministerios incluidos en estas donaciones-ofrendas. Estos ministerios brindan educación esencial, cuidado pastoral y otras asistencias a miles de personas en nuestra diócesis, que abarca 16 condados. Su ayuda incluye el apoyo a la Misa por televisión diocesana para los confinados en casa, que ha sido un salvavidas espiritual para muchas personas durante la pandemia. Otros ministerios de la Campaña apoyan la formación de la fe, la vida familiar, las escuelas católicas, el ministerio multicultural, la evangelización y el discernimiento vocacional.

Por favor, discierna en oración un donativo para la Ofrenda Anual y únase a otros en la diócesis para apoyar este trabajo. Como siempre, prometo que su donación solo se utilizará para ministerios de formación y no para ningún otro propósito.

El evangelista Marcos también nos dice que “Jesús se fue a Galilea a anunciar las buenas nuevas de Dios:” Se ha cumplido el tiempo -decía-. “El Reino de Dios está cerca. Arrepiéntanse y crean las buenas nuevas!”(Marcos 1: 14-15). Esta Cuaresma, que su práctica de oración, ayuno y caridad adicionales nos fortalezca mientras continuamos caminando por el camino de la conversión y el discipulado cristianos.

+ Obispo Donald J. Kettler

Obispo Donald Kettler Kettler es el noveno obispo de la Diócesis de St. Cloud, Minnesota.

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Author: Bishop Donald Kettler

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