“Ejercítate en la devoción…” –1 Timoteo 4:7
Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
El ejercicio es importante para la buena salud. Los médicos nos dicen que ejercitemos nuestro cuerpo por lo menos 30 minutos al día. Además de mejorar nuestra salud física, el ejercicio nos ayuda a combatir el estrés y mejorar nuestro bienestar mental.
También hay ejercicios que podemos hacer para beneficiar nuestra salud espiritual. Nos ejercitamos espiritualmente cuando nos comprometemos con las rutinas diarias de lectura de las Escrituras y oración, participamos en la misa dominical, servimos a los demás y practicamos la gratitud y la compasión. Todas estas cosas nos acercan a Cristo.
La temporada de Adviento, que comienza este año el Domingo 27 de Noviembre, es un buen momento para ejercitar nuestra vida espiritual. El Adviento es un tiempo de preparación, un tiempo para preparar nuestros corazones y mentes para la venida de Cristo como un bebé en un pesebre en Navidad y también para su llegada al final de los tiempos.
Las lecturas bíblicas de la temporada nos dicen que estemos alerta y listos. En el primer Domingo de Adviento, Jesús nos advierte que “¡permanezcan despiertos! Porque no saben en qué día vendrá su Señor.” Más adelante en la temporada de Adviento, Juan el Bautista predica un mensaje de arrepentimiento para “prepararnos en el camino del Señor”. El tercer Domingo de Adviento, el autor de la carta, Santiago, nos anima a “tener paciencia” y reafirmar nuestro corazón en Dios, porque “la venida del Señor está cerca”. Como tiempo de preparación, el Adviento es una estación apropiada para enfocarnos en ejercitar nuestra vida espiritual de manera más completa, ya sea que esto signifique regresar a la fe después de estar lejos por un tiempo, o “crecer y profundizar en nuestra fe cada día más”, el objetivo es trabajar en nosotros mismos para acercarnos cada vez más a Cristo, un poquito cada día. Entonces, en estas semanas antes de Navidad, los invito a unirse a mí para comprometerse a la oración y la reflexión diarias sobre las lecturas bíblicas del día y a ayunar de las cosas que nos alejan o distraen de Dios.
También los animo a ofrecer más de tu tiempo como voluntario para servir a los demás, especialmente a los pobres y a aquellos en su vida que más necesitan experimentar el amor de Dios a través de su presencia. En este sentido, pienso en el ejemplo de San Nicolás, cuya fiesta celebramos el 6 de Diciembre. San Nicolás fue un modelo de caridad y generosidad cristiana. Puede leer más sobre él en las páginas 12-15 de esta edición.
Al igual que el ejercicio físico, el ejercicio espiritual puede ser un desafío. Pero, si nos mantenemos firmes durante esta temporada de Adviento y más allá, no tengo ninguna duda de que dará frutos en nuestras vidas, nuestras familias y nuestras comunidades parroquiales/ACC.
Sinceramente suyo en Cristo,
+ Obispo Donald J. Kettler, el noveno obispo de la Diócesis de St. Cloud, Minnesota.