Por Junno Arocho Esteves | Catholic News Service
CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — El papa Francisco interrumpió su tradicional descanso de julio para reunirse con el príncipe Alberto II de Mónaco y su esposa, la princesa Charlene, en el Vaticano.
Según la oficina de prensa del Vaticano, el papa se reunió con la pareja real el 20 de julio y habló en privado con ellos por 25 minutos.
Después de su reunión, el papa le regaló a la pareja real una representación de bronce de un niño ayudando a otro niño a levantarse del suelo; las palabras “amor” y “ayuda” están grabadas a ambos lados de las figuras.
Un documento incluido con la estatua de bronce afirma que la imagen está inspirada en la parábola del buen samaritano y sirve como un recordatorio de que “el llamado a acompañar, cuidar y apoyar a los más vulnerables nos invita a reavivar nuestra vocación como ciudadanos del mundo, construir un nuevo vínculo, mirar dentro de nosotros mismos y desarrollar un ‘amor social'”.
Al explicar el significado del regalo, el papa Francisco le dijo al Príncipe Alberto y a la Princesa Charlene que representaba “la única ocasión en la que uno puede mirar hacia abajo a otro: tender la mano y ayudarlo a levantarse”, dijo el Vaticano.
El papa Francisco también les entregó varios documentos, incluido su mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de 2022 y el documento sobre la fraternidad humana que él y el jeque Ahmad el-Tayeb, gran imán de al-Azhar, firmaron en Abu Dabi en 2019.
Por su parte, el príncipe Alberto le entregó al papa un boceto artístico de la Capilla de San Juan Bautista ubicada en el Palacio Real de Mónaco.